Cuatro

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Este era de los primeros días que en realidad Alessia vivía de día, hacía mucho que no salía a tomar un baño de vitamina D, aunque ella también prefería estar dentro con las luces casi tenues o con sus velas en su estudio.

El hecho de ser esposa, traía consigo responsabilidades como ir al supermercado mientras Scott trabajaba.

Llegó al local para acabar con la lista que tenía en manos, tomó un carrito y se adentró. La cabeza poco a poco le comenzó a doler, pensó que era el hecho de que no dormía bien o sus horarios estaban un poco complicados hasta que comenzó a escuchar una especie de susurros, que se hacían cada vez más fuertes.

"¡claro! Como él no tiene que trabajar también"

"Necesitaré huevos para el pastel"

"¿y a esa que le pasa?"

"Odio tener que hacer esto"

Dejó ir el carrito mientras se sujetaba la cabeza, no entendí que pasaba, se estaba volviendo loca, la gente que pasaba por ahí la miraba raro, siempre la veían raro por su apariencia, a pesar de ser realmente hermosa, su piel tan pálida y el negro intenso de su cabello hacían voltear a cualquiera con una mueca de desagrado o de impacto.

— paren, por favor, paren — decía esta mientras se hincaba — ¡DEJEN DE HABLAR! — gritó y acto seguido se desmayó






— Alessia, amor ¿cómo estás? — lo primero que vio al despertar fue a Scott

— no, no dejaban de hablar — de nuevo su respiración agitada — la cabeza me iba a explotar

— ¿quien hablaba?

— no se, escuchaba voces en mi cabeza y eran cada vez más fuerte — comenzó a sollozar — no entiendo que está pasando

— tranquila, me llamaron cuando te desmayaste en el supermercado — explicó — quiero que respires y trates de dormir otra vez, quizás necesitemos volver a la vida de día y dormir de noche

Alessia sólo tenía ganas de dormir, ese dolor punzante aún estaba en su cabeza y no sabía bien qué era lo que estaba pasando, solo no quería volver a pasar por ello.







Adam por su parte acababa de despertar, la luz del día se había ido por completo y era hora de hacer lo que solía hacer, antes de ir a la cocina por algo de su néctar rojo dedicó unos minutos a ver hacia la ventana, no la encontró, la mayoría de los días estaba ahí, tan concentrada en sus cosas y hoy no...

Colocó un LP para disfrutar de la sangre que pasaba por su garganta... entró en una especie de éxtasis, imágenes comenzaron a pasar por su mente, la cara de Alessia, su sonrisa, el olor que ella expedía, quería poseer ese largo cuello blancuzco.

Salió del trance unos minutos más tarde satisfecho de las alucinaciones que le provocaba la sangre.






— tengo que volver al hospital cariño, cualquier cosa que necesites llámame — le dijo Black antes de darle un beso en la frente

— no te vayas — suplico ella — ¿qué pasa si las voces regresan?

— no pasará nada, te lo aseguro — guiño — haré una cita para que podamos ver mañana a un neurólogo

— no te vayas — repitió mientras se abrazaba al cuerpo de su esposo

— cariño, es trabajo — se alejó de ella — vuelvo pronto

Después de otro beso, Scott salió de la casa, no es que no le preocupara lo que le estaba pasando a su esposa pero necesitaba acudir al trabajo, ella abrazó sus piernas en la cama, no quería dormir si no tenía a alguien que la vigilara, que la hiciera sentir segura de alguna forma.

Una voz comenzó a sonar en su cabeza, era un susurro imperceptible "no quiero que vivas huyendo de las personas por lo que eres y porque los demás no comprenden que eres buena, solo un poco distinta al resto" era de una mujer, estaba tan asustada de lo que le estaba pasando, jamás había sentido una cosa así, las personas no estaban hablando y aún así las escuchaba... se levantó y fue directo a su estudio.

— no sé qué sea pero necesito averiguarlo ... me estoy volviendo loca — se dijo para sí misma — quiero sacarme estas voces de la cabeza

Tomó el único lienzo en blanco que le quedaba y comenzó solo a hacer rayas sin sentido, todas obscuras, expresaba como se sentía en estos momentos, encerrada en si misma.

Escucho la puerta y bajo para abrir esta con la mirada clavada en el piso, cuando subió su vista se encontró con los brillantes ojos de nuevo.

— Alessia — su voz un tanto ronca sonó — ¿te encuentras bien?

Se quedó en silencio unos segundos, "tu carita no se ve bien" ella escucho ... frunció el ceño.

— no, no estoy bien — hizo un puchero — está pasando algo raro con mi cabeza

— ¿tú cabeza? — levantó una ceja

— probablemente esquizofrenia — se autodiagnóstico — ¿vienes a buscar a Scott? No está

— no en realidad, quería saber si estabas bien — bajo la mirada — hoy no estabas en tu lugar de siempre

— estaba recostada — le sonrío — ¿quieres tomar algo? Yo invito

Adam pasó a la casa de los Black, la casa casi siempre estaba a obscuras, eso era bueno para el vecino que tenía otras cosas más que esconder. Un té y un vaso con agua fueron los acompañantes para la larga charla que se daba entre ellos, a veces las miradas se encontraban para causar ese efecto de electricidad entre ellos.

— supongo que deberías descansar — se levantó del asiento — fue un placer hablar contigo Alessia

— también me gusto hablar contigo — imito su gesto — eres bastante interesante

Sonrío un poco más de lo que solía hacerlo lo que hizo que sus colmillos se notaran.

— ¿tienes ... tú tienes — Alessia no podía hilar palabra

— me tengo que ir — camino deprisa hasta la puerta hasta salir de la casa

Alessia se quedó un poco perpleja, Adam tenía algo que hacía que dudara de que fuera humano y ahora con esos largos colmillos lo estaba haciendo mucho más.

Come with meWhere stories live. Discover now