Capítulo 4: La Curiosidad y el Alcohol... Que Mala Combinación

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¿Qué tan probable es conseguirse dos veces con el mismo desconocido en un solo día?

Antes de hoy para mí la respuesta sería que es algo absurdamente imposible, sin embargo aquí estaba sin poder creer lo que está pasando, ¿Cómo rayos es posible que esté de nuevo frente a este frívolo y enigmático chico por segunda vez hoy?, no sé si es una simple casualidad o el destino me está dando una mala jugada, pero lo único que tengo claro es que sin duda mi suerte va de mal en peor.

—¿Ahora me acosas?— él habla levantando una ceja mientras da otra calada a su cigarrillo, la tenue luz de la noche le daba un aire siniestro, peligroso y a la vez estúpidamente interesante.

—En realidad podría decir que tú eres quien me acosas— me atrevo a acercarme más a él caminando dentro de la terraza hasta llegar a su lado, el chico ni se inmuta, simplemente desvía su mirada de nuevo hacia el frente como restando importancia a mi presencia en el lugar, pero estoy casi segura de notar como una sonrisa tenue comienza a dibujarse en su rostro— ¿Quién eres y qué demonios haces aquí?

El seductor Lucifer oscuro delante de mí se ríe y niega con la cabeza- ¿Quién crees que eres tú para interrogarme así? Yo también puedo hacer esas preguntas angelito- lo detesto, su aura de suficiencia me choca, sobre todo porque tiene razón, y el hecho de que simplemente evade mis preguntas me irrita.

—Pues soy Aby Giesler, la mejor amiga de la novia de Evan que por si no sabias es el dueño de este lugar, ¿Y tú?— en su rostro resplandece una sonrisa divertida mirándome un segundo con aire de suficiencia antes de enfocarse en su cigarrillo de nuevo. Un escalofrío recorre mi espalda, ante su repentina mirada, pero no le iba a demostrar que su proximidad me afectaba y menos si está tratando de burlarse de mí.

Idiota.

—Yo no tengo porqué responder eso— se encoje de hombros con expresión divertida, sin tomarme en serio ni un poco, joder me está vacilando, la irritación aprieta mis entrañas a la vez que sus ojos se conectan de nuevo con los míos y trago saliva desviando la mirada con premura intentando ocultar mis nervios y el lío de emociones que crecen en mí— ¿Viniste a saltar aquí también o qué?

—¿Siempre eres tan amable?— lo fulminé con la mirada y él se encoge de hombros divertido, soy tan estúpida, eso es justamente lo que quiere, sacarme de quicio, pero no le daré el gusto, sin duda no lo haré- Entonces me estás siguiendo para evitar que salte... vaya que considerado de tu parte siendo un acosador.

—¿Quién dijo que eso hago?— él tira lo poco que quedaba de su cigarrillo al suelo y lo apaga con su zapato, sus ojos vuelven a posarse sobre mí, me pone tan nerviosa, su mirada es tan intensa que me cuesta respirar— te podría estar acechando para matarte— sonríe abiertamente y se gira completamente hacia mí llevando su mano a mi mentón para que lo mire directamente a los ojos.

Todo dentro de mí se estremece por un segundo mientras me pierdo en la profundidad de sus intensos ojos grises, su tacto es frío pero arde en mi piel como si quemara.

Sus palabras resuenan en mi mente y me siento paralizada de nuevo como en el acantilado, no sé si por el miedo o por la excitación de hablar con esta especie de estúpido ángel de la muerte.

1, 2, 3, vamos Aby no caigas en su juego.

Las pocas neuronas cuerdas en mi cerebro me sacan del trance en el que el demonio idiota me tenía. Con todo el esfuerzo del mundo finjo una risa tratando de que los nervios no se me noten y por sobre todas las cosas que no vuelva a sucumbir ante sus encantos.

—¿Tú un asesino?, por favor cuéntame un chiste mejor— traté de ser sarcástica sosteniendo su mirada sin apartarme ni un poco de el, su dedo índice acaricia suavemente mi mejilla y siento como corazón se acelera un poco, aunque me cueste aceptarlo, creo que estoy disfrutando de este juego tanto como él.

Un Día A La Vez (T.O.C)Where stories live. Discover now