CAPITULO DOCE

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-¿En serio? Pero si yo te recuerdo perfectamente

-Porque la recuperaste. ¿Pero no recuerdas el desmayo que tuviste en el parque?

-No, eso si no recuerdo.

-Bueno...te llevare a casa. 

-Ok.

*Al llegar a casa*

-Espero que estés bien, quiero verte mejor. Te amo.-dice Alex y me besa en los labios. Luego en la frente.

-Yo también te amo.

-Eres todo lo que siempre busque, contigo soy extremadamente feliz, verte después de tiempo me causo demasiada alegría. Te extrañaba mucho. 

-Yo también, no sabes cuanto.

-Que linda, bueno tengo que irme. Iré a buscar trabajo.

-¿Trabajaras? 

-Si, mi mama quiere que lo haga, ya el próximo año sera distinto, pero por ahora me toca trabajar.

-Esta bien, ve con calma, cuídate. 

Le doy un abrazo y lo beso por ultima vez en el día. 

-Adiós, amor. 

-Chau...-sonrío y cierro la puerta.

Me recuesto en mi cama, cierro los ojos intentando quedarme dormida. Justo cuando estoy apunto de lograrlo una voz me despierta.

-Adriana.

-¿Que? 

Busco de donde proviene la voz, pero no encuentro nada. La voz era de hombre, su tono era melancólico. 

¿Que estaba pasando? No lo sabia. Recuerdo que esa voz la oí antes, cuando me estaba gustando Alex. De ahí no volví a escucharla...hasta ahora.

Algo raro pasaba, de nuevo esa inseguridad volvía a mi. Tengo miedo, ¿y si me quieren hacer daño? ¿Y si me estoy volviendo loca? ¿Y si tengo esquizofrenia? No sabia que hacer. Solo cerré mis ojos e intente olvidarme de todo, hasta de Alex.

Nudillos EnsangrentadosWhere stories live. Discover now