Aquí estamos

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En esto, de extrañarte, me vestí de tristeza; mis versos emigraron en pos de otros poetas

 y dejaron mi mundo vacío y de cabeza.

 —¡Ya no sos lo que fuiste! —sentenciaron muy crueles—. La magia y la alegría, sin tu amigo perdiste.

 —¿Qué pasó con tu mano, que se alejó aquel día?, quedándose muy frío, el hueco de la mía.

 Dejame que te cuente, que son grises mis días, sin compartir palabras unidas en poesía.

 Dejame que te diga, que ilumina mi vida, que vos sepas que siempre, acá estará tu amiga. 


Gracias por tan bellas palabras. Estuve perdido en el olvido de tu mirada, en tus letras me encontraba, reflejo de mi alma.

 Caminé solo y aturdido en este mundo desconocido, cuando creíste que era momento de desplegar mis alas y dejarme en esta soledad helada.

 Extrañé tus palabras, tu consejo, tu mirada; extrañe el tiempo compartido, esos momentos de amigos.

Equivocados estábamos, creyendo que ya habíamos terminado, y que una nueva etapa debíamos emprender.

 Hoy te digo, hoy te ratifico: ¡acompáñame, sé testigo, abrázame, cuídame! en este camino que es la vida y necesito tu guía, que me aconseje, que me digas "esperá, Marcos, ese camino es el equivocado".

Hoy te pido, en el silencio de mis letras, que te quedes, que me acompañes en mis días, que tu amistad me abrace y sea esa guía.

Libro abiertoWhere stories live. Discover now