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Decima razón.
❝¡Eres perfecta!: Bueno, después de escribir todas estas cartas llegué a una simple conclusión, una que ya sabia desde antes, Myoui Mina es perfecta con todas sus letras.
Debo admitir que en estas últimas semanas las cartas me han quitado un peso de encima, pero luego vino el doble de peso al darme cuenta que estas cartas son solo para encubrir algo que ya sabia. No te odio, de hecho no odio nada de lo que mencioné en las cartas anteriores. Cada uno de esos aspectos de ti me gustan, y siento que me derrito cuando veo cada característica tuya. Eres realmente perfecta.
Me gustas Mina, mucho más de lo que me gustaría, y mucho más de lo que soy capaz de entender. La mayor parte del tiempo me siento débil hacia esos pequeños detalles que te componen, que seas buena en todo, que nunca te equivoques, lo confiable que eres, tu forma impredecible de ser, tu sonrisa, tus ojos, tu cabello, tu risa, tu aroma, todo eso y mucho más han logrado que poco a poco me enamore más de ti...
Lo más seguro es que no sientas lo que yo, soy una chica al igual que tu... además no he sido la mejor persona contigo en estos últimos meses, tal vez tu si me odias jaj.
Tampoco deben importarte mis sentimientos, ni corresponderlos. Solo quería sacarme eso del corazón. Quiero que sepas, que me gustas.❞
—¡Sé lo que hiciste, Nayeon tonta unnie!— grita Jeongyeon con completo enojo.
Ambas están en un lugar apartado de la escuela, donde Yoo puede enfrentar a su "ex-mejor amiga" luego de enterarse de que ella robó sus cartas.
—¡Lo siento, ¿si? pero no puedo permitirme seguir viéndote detrás de Mina sin hacer alguna clase de movimiento, la Yoo que conozco no es así!— Nayeon contesta de la misma forma.
—¡No tenías que entrometerte, son mis sentimientos, yo sé que hago con ellos!— Yoo aprieta sus puños— ¡Ya no eres más mi amiga!
—¡¿Ah, si?!— Nayeon alza más la voz— ¡pues puedes meterte tus sentimientos por-!
—Ehhh...— Nayeon se detiene gracias a la interrupción de la razón, implícita, del conflicto.
—Oh, Mina...— la castaña se tensa en su lugar al escuchar ese nombre— ¿necesitas algo?— la voz de la mayor se volvió mucho más suave de repente.
—Yo...— la japonesa está visiblemente nerviosa, y eso debido a que sus amigas le dijeron el nombre de la persona que posiblemente esté detrás de las cartas— quería hablar con Jeongyeon-san.
Nayeon asiente.
—Terminaremos de hablar luego, Yoo— es lo último que dice antes de irse.
