Bucle

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Comenzó a sonar una melodia suave y perfecta, y cuando escuché la primera frase creo que me enamoré. De su voz digo, si, de su voz.

I've been watching you
For some time
Can't stop staring
At those oceans eyes
Burning cities
And napalm skies
Fifteen flares inside those ocean eyes
Your ocean eyes

Me quedé mirando a Billie. La letra me recordaba tanto a ella... sus ojos color océano me atraparon y mientras escuchaba su angelical voz pareció como si flotara.

La canción estaba apunto de terminar.

No fair
You really know how to make me cry
When you gimme those ocean eyes
I'm scared
I've never fallen from quite this high
Falling into your ocean eyes
Those ocean eyes

La última nota. Por Dios. Perfecta.

Sin querer y sin saberlo, una lágrima bajó por mi mejilla.

-Vaya, me he emocionado. Tienes una hermosa voz Billie, tienes mucho talento. Joder, disculpad. -me levanté y tube que salir al balcón para que me diera un poco el aire.

No quiero sentir nada por Billie, pero es inevitable. Cuando pensaba que no podia ser más perfecta e increible me aparece con esa voz. Es tan suave y cálida que me puede transportar a otro sitio, uno donde no me duele nada y donde no siento nada.

Unas cuántas lágrimas más brotaron y alguien me tocó el hombro por atrás. Me sobresalté y me sequé rápidamente las lágrimas.

-Perdona, no queria asustarte. -dijo Billie poniendose a mi lado, apoyándose a la barandilla del balcón y observando las vistas. -¿Estas bien? ¿Por qué lloras?

Podia notar como tenia la mirada fija en mi, y otra vez mi corazón bombeó con fuerza.
-No es nada, creeme, solo que tu voz es muy bonita de verdad. Y me ha emocionado. -agaché la cabeza y me agarré más fuerte a la barandilla del balcón.

-No es que la haya escuchado mucha gente, pero nadie ha reaccionado como tu. Eres muy misteriosa, ¿sabes? Y me hace querer conocerte. Sé que nos parecemos más de lo que crees, sé reconocer cuando una persona esta destrozada por dentro y por fuera no lo aparenta. -su mano, que estaba apoyada en el balcón, se posó encima de la mia.

Sentí una corriente electrica atravesar mi cuerpo y mi piel se herizó. Solo con ese mínimo tacto.

-Vaya, cada día me sorprendes más. -dije sacando un cigarrillo de mi bolsillo.

-Oh no me digas que fumas. -dijo ella con cara de asco. - Que sepas que así pierdes puntos, Jul. -Y entró a dentro de la casa.

¿A qué se referia a que pierdo puntos? ¿Acaso ella también se ha fijado en mi? Naah eso no puede ser. Una chica tan guapa como ella es inalcandable para mi.

Finneas y Billie se ofrecieron a llevarme a casa, al parecer vivian a dos manzanas de mi piso. Esta chica no me lo pone fácil si quiero no pensar en ella.

-Gracias chicos, un placer conoceros. Bueno, conocerte, porque a Billie la conocí hace unos dias. -bajé el coche y le guiñé un ojo.

-Dale un buen funcionamiento a esas llaves! -dijo antes de que Fin arrancara y se fueran.

Al entrar a mi piso me fuí directamente a dormir, mañana volvía a ser lunes y tenia que madrugar.
Pero antes busqué Ocean eyes en SoundCloud y la reproducí mientras me fumaba el último cigarro del día.
-Me haces sentir bien Billie, no sé si es bueno o malo. - y me dormí

—————-

-Peque, ritmo a esos cafés que hay tres mesas aún por servir! -me gritó Michael des de la cocina.

Esa mañana estabamos a tope. El Saturday's estaba en una zona muy frequentada de Ny, cerca del Central Park y vaya esa mañana habia mucha gente.

-Dos cafés solos por aquí y uno con leche por aquí, enseguida les traigo los bocadillos. Ah casi se me olvida, tres de azúcar para ti Fred.

-Pensaba que ya te olvidabas renacuaja, muchas gracias.

Fred era un señor mayor que venia casi todas las mañanas a desayunar, y si no tenia sus 3 de azúcar... Bueno, me hacia pagarle el café, era un pacto que teniamos. Teniamos muy buena relación, es un buen hombre.

-Michael mesa 5 los tres bocadillos! -le grité al jefe para que me escuchara.

-Vaya, menuda currante. -dijo alguien detrás de la barra.

Justo estaba cojiendo dos tazas y por poco se me caen al suelo.

-Billie, buenos días! ¿Como tu por aquí?- disimulé mi temblor de manos instantáneo y conseguí mi misión de dejar las dos tazas en la barra y servirlas a esas dos mujeres.

-Me venia de paso y he pensado en desayunar aquí. -ella estaba, ¿nerviosa?

-Claro dime, ¿qué quieres desayunar? -me apoyé en la barra y la miré desafiante, ahora era mi turno de ponerla nerviosa.

-Pues... un zumo de naranja y un vegetal sin... sin gluten. -se incorporó hacia delante y quedamos muy cerca.

La miré desafiante con los ojos entre cerrados, ella rió y se sentó en el taburete. -Muy bien, marchando entonces.

-Peque ya está todo servido. -Michael apareció por la puerta de la cocina. -Puedes parar a desayunar si quieres, yo me encargo del vegetal sin gluten.

Miré a Billie y me hizo una señal de aprovación. Parece que me entendió.

Desayunamos juntas en silencio, conectavamos nuestras miradas de vez en cuando y ella se sonrojaba, creo que yo también pero lo estaba disimulando bastante bien.

-¿Cuánto hace que vives aquí? -Billie rompió el hielo.

-Hace poco más de un año, soy española. -dije dándole un sorbo a mi café.

-Vaya, no te lo he notado. ¿Y por qué tu familia se mudó tan lejos de España? -preguntó curiosa.

Sin quererlo me puse seria al momento -Vine sola, mi familia sigue viviendo allí. -Alomejor le contesté demasiado seria. -Perdona es que, no me gusta mucho hablar sobre eso...

-Tranquila, lo siento. No deberia meterme en tus cosas. -dijo con un deje de tristeza.

-Para nada, más adelante alomejor. -sonreí y la hice sonreir, y sonreí aún más porque su sonrisa es hermosa. -¿Cuántos años tienes? Por preguntar digo...

-¿Cuántos crees que tengo? -preguntó desafiante.

-Mmm... 19, como yo.

-Me imaginé que tenias 19, no preguntes por qué. Y no, tengo 17 a punto de cumplir 18.

-Wow, enserio pensé que tenias 19, pareces más mayor.

-Me lo suelen decir. -acabó su desayuno.

-Bueno un placer desayunar contigo Billie, tengo que ponerme a trabajar. -le dije tendiéndole la mano.

Ella se levantó y me dió un beso en la mejilla. -Nos vemos, Jul. -sonrió y se fué.

-Te tiene loquita eh. -Michael, que estaba secando copas, se percató de que me habia quedado estática en el sitio.

-No digas tonterias viejo, eso no es verdad. -le di con el trapo en el brazo.

-Ais... la juventud. -dijo lléndose a la cocina.

Menudo lunes más tenso.

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I met an angel | Billie EilishWhere stories live. Discover now