Darkened Soul [Supernatural]

42. Goodbye, my friend

42. Goodbye, my friend

—¡Te lo estás inventando! —insinuó Lily levantándose de su asiento, queriendo establecer cierta distancia entre el Rey del Infierno y ella.

No era posible aquello que decía Crowley. Una cosa era que su versión desalmada, con sus estrategias y forma de pensar vinieran a la luz. Pues, al fin y al cabo, sin su alma seguía siendo ella. A base de puro instinto, pero ella sin más ni menos.

Pero que le estuviera diciendo que su alma se convertiría en un demonio. ¡Ese era otro nivel de locura! Buscó los ojos celestes de Castiel para que éste le dijera que no era verídico. Que su alma, aquella que recién había recuperado no se estaba convirtiendo en un demonio. La pobre Kate simplemente estaba ahí, mirando con atención y sorpresa. No entendía demasiado, salvo que la joven estaba exaltada con la noticia.

Los orbes del ángel le miraban, pero ella sabía cuando él enfocaba su alma y cuándo no. En ese exacto momento, Castiel visualizaba su alma. Y el ángel no quería creer aquello, que su alma gemela se estaba convirtiendo en un demonio. Debía asegurarse, inspeccionar con detalle el brillo de Lily.

Al principio, ni bien la recuperó, Castiel no podía ver nada más que un faro de luz brillante. Pero ahora que podía verlo bien, notaba que no era para nada un faro. Había tenido ese efecto en él porque hacía mucho tiempo que no veía el alma de la joven y ni bien la apreció en su cuerpo, donde debía estar, no se detuvo a analizar.

Era como si tras días de ver oscuridad en el cuerpo de Lily, cuando su alma volvió él veía pura luz. Recién en ese instante, que sus ojos se acostumbraron al alma de Lily, podía ver cómo la misma no era demasiada ni brillaba con la intensidad que había tenido. No era un faro, era más bien una pequeña linterna que parecía andar defectuosamente.

—Cas... —llamó Lily con voz algo quebrada. No podía ser verdad. Su alma no podía estar convirtiéndose en demonio—. Cas, por favor... Dime... Dime que no es cierto...

Sentía la angustia en su pecho. Las ganas de llorar embotellándose en la boca de su estómago. Sintió incluso que sus ojos se cristalizaban, cubriéndose de una capa acuosa. El ángel no le pudo responder. No era experto en almas, y si bien notaba que algo andaba mal con el alma de Lily, podía ser porque ésta era sólo una pequeña parte de la que era anteriormente, previo al hechizo que realizó Moah para liberar a Moloch. No era necesariamente lo que había dicho el Rey del Infierno.