Capítulo III: Complicación

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El barullo la levanto de su siesta. Adormilada tomo su teléfono y al ver en la pantalla la hora se sentó rápidamente. Era ya el período del receso, el bullicio de todos los estudiantes la despertó. Se fijó entonces que la chaqueta de Kayn la cobijaba. Volteó a verlo y se encontraba sentado mientras dormitaba. Desvío su mirada de él hacia su móvil y frunció el ceño. Olvido poner una alarma para levantarse e ir a la segunda clase. Ya había faltado bastante y los profesores anteriormente le habían avisado que si omitía más asignaturas tendría que pasar sus vacaciones de verano en el colegio. Algo que no le ilusionaba y quería evitar. Pero ya poco importaba ahora, luego tendría que ver cómo se las arreglaría para solucionarlo. Suspiro y se acercó al peli-negro para luego flexionar su dedo índice y pulgar para golpear la frente de él, un intento de levantarlo. Kayn no tenía sueño profundo como ella y por lo tanto al momento de recibir el golpecito, abrió sus ojos y la miro mientras se tocaba la frente.

-Nos hemos quedado dormidos, olvidé por completo poner una alarma. Ya es hora del receso-dijo mientras se levantaba y le regresaba la chaqueta a él-Iré a comprar, ¿Vienes?-preguntó y Kayn negó.

-No, al rato iré. Ve tu-contesto.

Jinx levanto y bajo sus hombros dejando de lado el infrecuente hecho de que él no la acompañaría. Salió dirigiéndose hacia la cafetería y reviso los estantes para decidir que compraría. Se decidió por un croissant con jamón y huevo, y de tomar un jugo de naranja. Cuando estaba saliendo del comedor vio al peli-negro a dos metros de ella. Llegaba apenas al sitio, sus miradas chocaron pero el aparto la vista rápidamente de ella. Fue entonces que dos chicas se le acercaron y pareció conversar un poco con ellas. Ella no pudo despegar sus ojos de él y lo siguió con la mirada tratando de entender por qué Kayn la había eludido al verla. Y mientras ella continuaba en el mismo sitio viéndole, los ojos de ambos se encontraron de nuevo por un segundo. Él lo había hecho de nuevo, la evito. La peli-azul se sintió extrañada y con un sentimiento raro. No sabía si era por el hecho de que había huido su vista dos veces o que prefiriera estar platicando con esas chicas que con ella. Y pronto este pensamiento la hizo fruncir el ceño.

-Pero que tonterías estoy pensando, Kayn puede hablar con cuantas chicas se le vengan en gana-se dijo mentalmente mientras negaba ante tal anterior estúpido pensamiento.

Salió del comedor caminando a zancadas para irse de vuelta a la azotea. Y su mente se llenó de pensamientos sobre lo recién acontecido. Pensó que después de la plática que tuvo con él todo volvería a ser igual que antes y que todo quedaba en el pasado. Pero Kayn parecía ahora poner algo de distancia entre ellos y creía con seguridad que él adrede la estaba evitando. Ya se rindió y por ende ya no tenía caso que él siguiera comportándose diferente con ella. Pero parece que él se negaba a dejar la situación simplemente en el olvido. No entendía cual era ahora el problema que rondaba en la cabeza de él. Negó molesta, no deducía que mierda pasaba ahora. Y estaba ya harta de venir y tratar de hablar una y otra vez con él. Eso no era lo suyo, nunca había sido así con nadie. Pero para ella él es importante, no lo podía negar. Pero si ya para el ya no podía haber una amistad entre ellos que así fuera. No iba a intentar rogarle. Estaba cansada de todo el drama, ya había tenido suficiente.

Contemplo el área de la azotea con el ceño fruncido. Irritada se acercó a su mochila que estaba tirada y la poso sobre su hombro. Se iría al aula a merendar. No quería ver a Kayn para que él la ignorará. Agradeció que de camino al salón no lo volvió a ver. Se sentó en su pupitre y se dedicó a comer. Reviso su teléfono mientras tanto y un mensaje llego. Lo había enviado Jhin, preguntando si aún no se habían metido en problemas. Problemas, ella era un imán para ellos. Pensó por un segundo si debía contestarle. Y se dijo, ¿Por qué no? Tal vez sería la última vez que hablaría con él de forma normal. Contesto diciéndole: lo de siempre, ya sabes poca cosa es romper unas cuantas reglas. Pronto llego una respuesta de él reprimiéndola por su inmaduro comportamiento. Jinx rio levemente divertida. Continúo platicando un poco con él sobre trivialidades el resto del receso, luego al sonar la campana el maestro llegó a brindar la clase. Y con pereza boto al basurero los empaques de su finalizado aperitivo. Se sentó nuevamente y sin mucho entusiasmo saco sus útiles. El resto de las clases se la paso como siempre. Prestando un poco de atención y de vez en cuando revisar entre medio su móvil. Sin nada más las horas pasaron y la campana hizo tintineó cuando ya era salida. Guardo sus cosas y se dirigió al campo de béisbol. Se cambió con el atuendo apropiado para jugar y al estar preparada comenzó la práctica. Se disponía a entrenar como comúnmente hacía pero Violet, la capitana la llamo.

Excéntrico QuererWhere stories live. Discover now