24 horas con mi enemigo

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Entonces no pasan ni 10 segundos cuando ya lo tengo cerca de mi besando mis labios,  acaricia mis senos con fervor mientras muerde mis labios.

Con desespero nos desnudamos, no soy así como lo estoy siendo, pero es que llevo dos meses sin coger ya me tiene loca y deseosa, sin contar que los dedos no me funcionan mucho y mis juguetes se me quedaron en casa.

Araño su espalda cuando sus dientes atrapan el lóbulo de mi oreja.

No se si decirle que soy la niña nariz grande que tanto molestó,  pero no quiero arruinar éste fogoso momento.

Me levanta del sofá y me obliga a arrodillarme entre sus piernas, obedezco como toda puta obediente.

Tomo su pene entre mis cuidadas manos, lo acaricio una y otra vez bajando su prepucio para dejar ver su glande rosadita, sonrío cuando lo veo gemir. Paso mi lengua desde abajo hasta arriba, no quito mi mirada de la suya, me sostiene del pelo y me hace tragar su miembro. Meto y sacó una y otra vez.

Un hilo de saliba resbala por mis labios mi montón y luego al piso. Gime mientras mueve sus caderas para meter y sacar su pene de mi boca. Acaricio sus bolas con delicadeza. No pensé que Thiago lo tendría tan largo y bien alimentado.

Después de hacerle una buena mamada, es su turno de juguetear conmigo. Me acuesta en el sofá y me abre bien las piernas. Lame mi seco ya empapado y saborea mis fluidos, pasa la punta de su lengua sobre mi clitoris, jadeo y me aferro al sofá. 

Mete y saca sus dedos mientras su lengua sigue jugueteando, levanta la mirada y me observa, Lame sus dedos bañados de mis fluidos y me guiña un ojo. Vuelve a devorar mi seco desesperado hasta hacerme venir a chorro.  Aprieta mis senos mientras mete y saca su lengua de mi vagina.

Después de lamer todo, va hasta su pantalón,  saca un preservativo y se lo coloca, se acerca más a mi, acaricia su pene, antes de entrar con fuerza dentro de mi. Gimo y encorvo la espalda por la sensación.
Se empieza a  mover una y otra vez, el sudor empieza hacer su aparición.  Ambos jadeamos y nuestros cuerpos hacen ruidos por lo empapados que están.

Aumenta sus movimientos y acaricia mi clitoris, estoy cerca de alcanzar el otro orgamo, chillo sintiendo su pene aún más adentro de mi.

-Oh si, si -grito apretando el sofá.

Él sonríe y aumenta los movimientos.  Un jadeo ronco se escapa de su garganta y luego un largo suspiro. Sale de mi y veo el preservativo con su caliente semen.

Continuaráaaaaaa

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