CAPITULO 4 Axel

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Espero a Draco en la esquina norte de la calle en donde se halla la casa de los Whensy. Mi amigo había establecido un arreglo con el rey ante su ausencia, en donde Draco le apoyaría a verificar que sus otros hijos y su mujer estuviesen bien, ya que la separación habría de ser prolongada y la lejanía solía preocuparle mucho. Después de todo, Dragmut era un dragón vinculado a esa mujer.

Draco hasta la fecha no había sido capaz de acercarse a ellos y tampoco es que el rey hubiese sugerido lo contrario, en realidad ambos parecían sobrellevar bien el que la familia Carev y los Whensy estuviesen separados, por lo tanto, nuestra visita sería en el total anonimato. Draco se aseguraría de que los hijos de su padre y la mujer estuviesen bien y después saldríamos de aquí tan rápido como venimos.

La última vez que estuvimos en esta calle fue la noche en que sugerí irnos a Lombar. El día de la pelea de Draco con el rey. El día en que mi amigo descubrió que tiene otros hermanos.

—Acabemos con esto —habla Draco a mis espaldas tras una llamarada que se extingue en su piel. No hizo ningún ruido al descender y no pude percatarme de su presencia antes.

Podía haberme asuntado en el pasado con sus intromisiones inesperadas, pero con el pasar de los años había asimilado la manera de percibir su energía antes de tener que girar y verificar que en realidad se tratase de él.

—Seguramente estarán en el interior. Los guardias han sido avisados por tu padre para que nos permitan acercarnos a la propiedad desde afuera.

Draco inclina la cabeza en un mohín de agradecimiento para luego avanzar lentamente hasta esa casa blanca de madera y detalles de herrería en color oscuro. Un tejado verde cubre el inmueble y una barda mediana de piedra rodea la propiedad elegantemente. Hay algunos helechos cubriendo el camino a la casa pero están completamente congelados. El jardín debía ser precioso en la primavera, cuando en Goll llueve cada que elevas los ojos al firmamento. Sólo en esa época del año puedes darte el lujo de olisquear un poco las flores que crecen en los jardines y tomar ligeros baños de sol en las tardes.

Caminamos directamente hasta la entrada, donde un par de guardias nos observaban de reojo sin mover un solo músculo. Podría decir que en verdad no respiran, ya que esa función vital no es perceptible a mis ojos. Los soldados de Goll eran demasiado estrictos ante su porte y control corporal, me sorprendían a diario con un aspecto nuevo en su escrupulosa manera de llevar su rutina diaria.

Esta vez los guardias no nos detienen como aquella primera vez que tuvimos que irrumpir en esta misma casa. Ahora abren paso y permanecen en silencio al tiempo que nosotros nos damos vueltas por la propiedad para verificar que la familia del rey se encuentre bien.

La que identificamos como Clara Whensy, se encuentra sentada en una pequeña biblioteca y hojea un libro, pasando de la primera página a la segunda y regresando para luego desplazarse al cuarto contiguo que parece ser la cocina.

Después una chiquilla de unos diecisiete o dieciocho años entra por la puerta y abraza a la madre, demostrando un profundo amor por ella. La chica va bien vestida, con un conjunto holgado que le llega por debajo de las rodillas en tono blanco y con detalles de encaje en las costuras. Lleva el cabello oscuro atado a una coleta con un moño gigantesco en color azul que me parece que combina con sus ojos azules. Es muy hermosa y casi puedo asegurar que es de esas personas que siempre sonríen sin tener un motivo especifico.

—Creo que he visto suficiente. Están bien —sus palabras aún suenan adoloridas. A mi parecer Draco no podría superar nunca esto. Ver a la familia de su padre completa sin poder tener lo que ellos han logrado forjar. Más ahora con la desaparición de Elena, era consciente de que Draco añoraba a su esposa como nada y estar en la casa que representa el vínculo de su padre con otra mujer no ayuda a la causa.

DRÁGONO. El rey dragón © ¡YA A LA VENTA!Where stories live. Discover now