CONFÍA

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El ruido de la puerta los pone en guardia, encogiéndose sobre la cama se cubre un poco con la cobija que estaba a su lado, un par de golpes vuelven a retumbar

-¡Carajo Draco! ¿Quieres abrir antes de que tire tu puerta? – se escucha la inquieta voz fuera de la puerta –

-¡Mierda! – guarda la varita alborotando su cabello – es Blaise, tranquila – se acercó y abrió la puerta - ¡Maldición Blaise! ¿Quisieras avisar con un par de minutos antes que te planeas presentar en mi mansión?

-¿En qué maldito planeta vives? – lo aparta pasando – dijiste que me necesitabas de tiempo completo aquí en la mansión, la nota me la mandaste ayer – le da un sape y repara en la chica que estaba en su cuarto – hola – sonríe de medio lado – ¿Y tú eres?

-Ella es Hermione Granger – respondió Draco tras cerrar su puerta y volver a insonorizar la habitación – manten los malos comentarios para ti, a ti si puedo leerte la mente

-¡Maldición Draco! – levanta el mentón rodando los ojos – si te descubren...

-¿Qué? Es una esclava más de la mansión – sonríe de medio lado – ¿No es así Hermione?

La chica asintió enérgicamente, con la piel tan blanca como las sabanas en las que se encontraba y las manos firmemente cruzadas sobre su pecho

-¿Qué acaso no habla?

-La traje hace casi tres días – se acerca y le toma la mano – no tolera la presencia de alguien más ¿ves? – acaricia su mano – necesita tenerte confianza

-¿Me necesitas aquí para cuidar que no escape? ¡Por que si es así! De una vez te digo que no – cruza los brazos – soy de todo menos niñero

-Quiero que la entrenes – baja la mano de la chica, quitándole la sabana de las manos – dale la mano por favor Hermione – ésta niega con los ojos dilatados por el miedo – vamos ¡El no te hará daño!

-Déjame a mí – el moreno se acercó palmeándole la espalda para que se tranquilizara y se sentó a sus pies – hola Hermione, yo soy Blaise Zabinni, ahora necesito que me digas tú nombre por favor

-He... Hermione – se aclara la garganta pero la voz parece quedar estancada en su garganta – Granger

-Muy bien Hermione, mira... yo no sé tú historia ni como fue que terminaste aquí, pero te prometo que el jamás dejaría que algo te pase, y es por eso que yo estoy aquí – extiende un poco la mano, sintiéndola encoger – te haré más fuerte de lo que crees que eres... cierra los ojos

Con los ojos completamente abiertos negó con la voz quebrada y apunto de romper en llanto

-Vamos Hermione – suspiró Draco – no te hará nada

-Draco, toma su mano – el rubio alzó las manos, asintió – ahora, aprieta la mano de Draco y cierra los ojos – un poco desconfiada cerró los ojos apretando su mano – Hermione... ¿Sabes lo que es tener personas de seguridad?

-¿Personas de seguridad?... Como ¿guardaespaldas?

-No – ríe de manera tranquila y relajada – las personas de seguridad se hacen cuando alguien sufre un trauma muy, muy grande, por ahora tú persona de seguridad es Draco, si el te toca, te habla o hace algo no pasa absolutamente nada

-¿Cómo se hace una persona de seguridad?

-Se hacen de diferentes maneras – acerca más su mano hasta tomar la que tiene libre ganando un pequeño brinco – abre los ojos

Hermione los abrió y trató de respirar profundamente al ver a los dos chicos tomándola de la mano

-¡Bien hecho Zabinni!

-Mira que no te haré nada – sonríe con una perfecta dentadura, comienza a acariciar su mano en círculos con el pulgar – ahora detenme cuando quieras

-Detente – musitó casi de inmediato y el moreno alejó su mano de inmediato –

-Tienes que entender, que tú tienes el poder de decisión – sonríe – ¿Puedo tomar tú mano? 

ALONE WITH YOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora