6. Cuarta Lección.

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Camila estaba divirtiéndose como nunca, estaba echando el polvo más increíble de su vida y después de conseguir meterse entero en la boca semejante miembro solo quería más y más.

Vio cómo se levantaba y la ayudaba a ponerse de pie, para quitarle las esposas. Acto seguido la sentó en el borde de un lateral de la mesa y le ordenó que se agarrara a los bordes con las manos a los lados.

-No se te ocurra soltarte o te volveré a esposar - le dijo muy seriamente.

Le quito las bailarinas, la agarro de los tobillos y le flexiono las rodillas para que, con las piernas bien abiertas, pusiera la planta de los pies encima de la mesa. Las piernas empezaron a temblarle ligeramente, nunca había estado tan expuesta a una mujer y Lauren la miraba como un gato miraría a un ratón. Se alejó ella y de un cajón sacó un antifaz negro, le quitó las gafas con cuidado.

-Vamos a guardarlas un momentito, no te van a hacer falta - Y le colocó el antifaz dejando su visión reducida al negro más oscuro. Tuvo tentación de quitárselo pero recordando su amenaza de volver a esposarla dejó las manos quietas agarradas a la mesa.

Escucho cómo se movían las ruedas de la silla y la escucho cerca de su entrepierna preguntarle.

-Ya que hablabas de dolo ¿Eres capaz de indicarme que es?.

-Es la intención de realizar la acción típica. Un delito es doloso cuando se comete intencionadamente.

De repente sintió un lento y profundo lametazo en su sexo.

-Ahhh - fue lo único que salió de sus labios.

-Supongo que querrías decir que ha sido una acción dolosa. Ahora aguantándome con los brazos alza la cadera pequeña, despacio.

Ella fue haciendo lo que le pedía lentamente y pronto topó con su boca abierta con la que la devoró durante un instante y volvió a besarle el trasero en la mesa ayudándose con las manos que sujetaban sus caderas.

-¿Dolo o imprudencia? - le preguntó divertida.

Ella se lo pensó un instante y le respondió segura de sí misma.

-Dolo eventual, según la teoría de la probabilidad y del consentimiento.

-Premio. Pues voy a comprobar si yo sí que soy capaz de conseguir algún resultado con mi delito intencionado.

En ese momento sintió como enterraba la cara en su sexo y la lamia y engullía sin compasión provocando que se retorciera y gimiera como loca, sin soltar las manos por supuesto. Sentía el placer recorriendo su cuerpo y Lauren empezó a ayudarse con los dedos frotando su clítoris con maestría e introduciendo uno y hasta dos en su interior. No supo cuánto tiempo estuvo con la boca entre sus piernas pero de repente sintió como se acercaba una intensa explosión. El incremento la velocidad y la fuerza con la que la devoraba y cuando la tuvo encima solo pudo decir.

_ Me corro... me corro ¡SI¡ - Y el placer contenido en su entrepierna explotó para dirigirse incontrolado a todas las terminaciones nerviosas de sus cuerpo mientras gemía y se retorcía, no pudo evitar cerrar un poco las piernas pero en continuo trabajando en su sexo sujetándole los muslos y no paró hasta que limpio hasta la última gota de su orgasmo de su sensible entrepierna.

-Parece que he conseguido el resultado que esperaba pero sigues siendo una rebelde pequeña, tienes que pedirme permiso para correrte y sólo puedes hacerlo si yo te lo concedo -Ella tragó saliva en silencio, jamás había evitado correrse cuando sentía llegar un orgasmo y no sabía si sería capaz - Pero por ser la primera vez te lo perdono, además estas deliciosa - escuchó que le decía suavemente - Pruébate en mi boca pequeña.

Y por primera vez la beso, y menuda forma de besarla. Le dio un beso apasionada obligándola a abrir la boca por completo para darle pleno acceso a que explorara su interior con la lengua, tenía un sabor salado que la excitó y sus lenguas jugaron en el interior de su boca bailando posesas la una con la otra buscando tocarse e incitarse mutuamente. Cuando se separó de ella apenas unos centímetros sintió que le faltaba el aire.

-Te besaría eternamente - Y volvió a buscar su boca para seguir besándola con fiereza hasta que se sintió mareada de excitación.

Le cerró ligeramente las piernas y le bajó los pies para que quedaran colgando mientras ella seguía sentada en la mesa con los ojos vendados y las manos firmemente sujetas a los lados. Le acarició los muslos con suavidad y le escuchó decir en un suspiro.

-Tengo que conseguir que entiendas algo complicado... a ver cómo lo llevas pequeña.

Lecciones Privadas - Camren G!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora