7. Quinta Lección.

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Le dio la vuelta con cuidado dejándola en la misma posición que al principio, tumbada boca abajo con el culo en pompa y los pies en el suelo. Al haberle quitado las esposas le sujetó las muñecas a la espalda con una mano sin esfuerzo pero sabiendo que sería incapaz de soltarse, el tema que venía a continuación era difícil y se iba a asustar, esperaba poder calmarla y que no quisiera marcharse antes de terminar la clase.

-El penúltimo pequeña, penadas por la ley ¿De qué va el tema? – le dijo mientras empezó a acariciarla con suavidad la expuesta entrepierna.

-Eeee... - pensó ella – Define las causas de justificación, las causas de inimputabilidad las causas de inexigibilidad, el error y la ausencia de punibilidad Señora.

-Vale, el miedo insuperable es una causa de...

-Inexigibilidad señora – dijo Camila rápidamente.

Lauren no le respondía nada pero con el dedo empezó a hacer círculos alrededor de su ano y ella empezó a revolverse.

-¡No¡ ¡Dijiste que no ibas a hacer eso¡

Lauren acerco su miembro y rozó con el la zona expuesta amenazando con invadirla y ella se agitó como una loca aterrorizada.

-¡No¡ ¡No¡ ¡No¡ ¡Eso no¡ No quiero¡ ¡No me gusta¡ - a ver que era incapaz de soltarse de su agarre y que Lauren no decía nada suplicó casi llorando - ¡Por favor no¡

La pelinegra la soltó rápidamente y la levantó, apretando su espalda a su pecho rodeándola con los brazos y besándole el cuello para calmarla.

-Tranquila pequeña tranquila, jamás te haría nada que no quisieras, relájate. Era para que entendieras el concepto de miedo insuperable. Estás en un estado de miedo inspirado por un hecho real y efectivo y es insuperable porque este es uno de tus límites y nadie puede exigirte que lo cruces, mucho menos yo, por tanto hace inexigible cualquier otra reacción ¿Me perdonas por asustarte pequeña? – le dijo llevando una mano a su vagina para acariciarla despacio y que volviera a excitarse mientras seguía recorriendo su cuello con dulces besos.

-Si... No vuelva a hacerlo, por favor – le dijo. Notó que su libido volvía a subir.

-Al contrario que tu respeto los limites, siempre, sin insistir ni discutir. Si tengo que volver a escucharte preguntar "Y si en vez de eso...." o "Se podría intentar..." te daría tantos azotes que no podrías sentarte en una semana, ¿A por el gran final preciosa?

Lecciones Privadas - Camren G!pWhere stories live. Discover now