❝Capítulo diez.❞

3.8K 438 48
                                    

Si alguien le preguntaría al pequeño JeongYun si le gustaba el invierno, diría claramente que no lo sabe pero que lo odia. Lo odia porque su madre los abandonó en aquella época, lo odia porque hace frío, lo odia porque tiene que llevar ropita muy abrigada y lo odia porque no puede salir al jardín y dibujar al lado de su arbolito favorito.

Pero si tiene que mirar el lado positivo de la estación diría claramente que le gusta porque había chocolate caliente por todos lados, le gustaba porque en su casa siempre se estaba calentito y las sábanas de su pequeña cama era de coralina. Le gustaba porque recibía regalos y porque era su cumpleaños. Porque había películas todos los días por la noche y ahora que estaba JungKook, seguro que se lo pasaría mucho mejor en esa estación tan fría y horrible para los Jung.

Y allí estaba el niño, mirando el calendario de adviento que había comprado su padre para para el comienzo de diciembre, comienzo que iniciaría dentro de unos cuatro días. El cachorro miraba con curiosidad los numeritos que yacían en cada cajita del chocolate. Contaba cómo podía los días que faltaban y suspiraba y bufaba cuando se perdía.

El silencio reinaba por la casa, los gemelos y JungKook estaban leyendo un cuento para mayores según HyeongJi y la niña le había echado de ahí recibiendo un regaño de JungKook, pero el cachorro de todos modos se fue, estaba demasiado aburrido como para escuchar algo que seguramente no entendería.

Se acercó con cuidado a la estantería baja que estaba al lado de la televisión y sacó un cuaderno azul pastel y blanco, en el yacían unos cuantos dibujos impresos para que el niño los pintara. Abrió el cuaderno y cogió un estuche con pinturas infantiles, pintó con todo su esfuerzo, evitando salir de la línea, cosa que no consiguió.

—Jeong, bebé, ¿Qué haces?-YuGyeom entró por la puerta del salón al no encontrar al cachorro por ningún lado, le vio dibujando y sonrió enternecido sentándose al lado del niño que estaba demasiado concentrado.

—Ssssh, papi estoy coloreando-el niño puso su manita libre en la boca de su padre para hacer que callara mientras seguía dibujando y coloreando tranquilamente. El alfa se mantuvo en silencio por unos dos minutos, dos minutos donde sólo se escuchaba el perseverante sonido del gran reloj moderno del salón.

—¿Qué estás escribiendo?-YuGyeom asomó la cabeza para ver lo que su hijo había empezado a escribir sin entender mucho, estaba comenzando a escribir y le costaba. Teniendo en cuenta que tenía cuatro años y medio y que sólo sabía escribir palabras sueltas, el nombre de su padre, abuelos y el suyo.

—Quiero poner JungKook, porque este conejito se parece a él-sonrió el niño mirando a su padre con un brillito en sus ojos, emocionado y feliz por la sorpresa que le entregaría a su niñero. YuGyeom borró su sonrisa cuando escuchó el nombre del omega, porque no es que le tuviera envidia de que sus hijos pasaran más tiempo con el omega que con él mismo, claro que no.

Lo que pasaba es que desde el día que fueron a dejar unas cuentas cosas al barrio pobre y JungKook se había abierto tanto sentimentalmente como de confianza, el omega no le había vuelto a hablar. Él pensaba que no había sido por la reciente confesión si no que, por aquellas palabras que dijo cuando el omega entró en llanto.

"Pase lo que pase me tienes a mí y nunca me iré a no ser que tú me lo pidas" 

Y es que era verdad, el omega desprendía un aura triste que solamente le daban ganas de protegerlo, mimarlo, cuidarlo y defenderlo de todos y de todo. Además, el aroma de JungKook no le deja escapar tan fácilmente cuando le tiene cerca, no es como si él quisiera escapar pero ese omega le avergonzaba. 

Suspiró y volvió al mundo real donde su hijo le estaba tocando la mejilla, se había quedado mirando a un lado fijamente sin pestañear y sin nada y claro, su hijo había entrado en una adorable curiosidad.

Omega a sueldo. [YugKook, omegaverse]Where stories live. Discover now