CAPÍTULO 6 - PAULA POV°

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Paula: nunca podré olvidarlo lo odio con toda mi alma por su culpa nunca podré ser madre el destruyo mi vida y mi posibilidad de algún día formar una familia con alguien que me ame porque después de que salí del hospital todo el mundo sabía lo que me paso y que nunca voy a poder ser madre y todos los hombres me huyen como la peste – dije con rabia mientras sentía unas lágrimas bajar por mis mejillas las cuales limpie rápidamente.

Stella: tranquila amiga no te pongas triste ya sabemos que los hombres de este pueblo son unos idiotas machistas chapados a la antigua - dijo con tristeza mientras me abrazaba.

Paula: estoy cansada Stella de que todos en este pueblo me miren como peste todo por culpa de ese idiota no sabes cuánto lo odio – dije llorando de rabia.

Stella: tranquila amiga – dijo y se separó de mí y fue por un vaso de agua y me lo ofreció el cual tome tratando de tranquilizarme.

Paula: lo que más deseo es irme de este pueblo pero no puedo dejar a mi mama sola ella es la única familia que me queda y no puedo dejarte a ti eres mi única amiga que siempre me ha apoyado y en la que puedo confiar plenamente – dije secándome las lágrimas.

Stella: para eso están las amigas tú sabes que siempre puedes confiar en mí yo siempre te voy a apoyar eres mi mejor amiga – dijo soltando unas lágrimas por lo que la abrace.

Paula: tú también eres mi mejor amiga a la que quiero como una hermana – dije separándome – Stella me tengo que ir tengo que comprar unas cosas.

Stella: bueno ve ten cuidado cuando regreses – dijo preocupada.

Paula: no te preocupes ahora ando preparada – dije y le mostré spray que saque del pequeño bolso que tenía – es gas pimienta se lo compre a doña petra cuando trajo unos de la capital dijo que son buenos para las mujeres cuando un hombre quiere atacarlas por eso ahora llevo siempre este spray conmigo – dije y lo guarde – me tengo que ir adiós.

Stella: adiós – me gritó cuando comencé a caminar hacia la puerta.

Luego de que salí de la cafetería donde trabaja Stella fui al supermercado y compre unos pocos productos de aseo personal cuando pagué y salí me fui por el camino más rápido hacia mi casa pero me sentía observada por lo que camine más rápido y apenas llegue a casa cerré la puerta con seguro y mire por la ventana pero no vi ningún movimiento por lo que supuse que era paranoia mía y fui y deje las cosas que compre en mi cuarto y me puse hacer aseo en toda la casa y cuando termine me di cuenta que hacia oscurecido por lo que me puse la piyama y me acosté a dormir porque tenía que ir a trabajar mañana.

A la mañana siguiente me levanté a las 4am hice el desayuno de mi mama y el mío y cuando ambas estuvimos listas nos fuimos juntas a la hacienda cuando llegamos mi mamá comenzó hacer el desayuno mientras yo y las demás muchachas arreglábamos la mesa para que el desayuno se sirviera a las 5:30am como normalmente se hace aunque el único que se sentaba a comer en el comedor era don Alexander pero supongo que ahora que su hijo volvió él se sentará con su padre en el comedor por eso cuando terminamos entramos rápidamente a la cocina cuando terminamos de colocar la mesa y vimos a don Alexander y a su hijo bajar por las escaleras mientras reían cuando entramos a la cocina vimos a mi madre terminando de cocinar y dijo.

Mama: hija ve y lleva los platos a la mesa – dijo tendiéndome los platos.

Paula: mama no los podría llevar manuela o Estefany yo puedo hacer otra cosa – dije nerviosa a lo que todas me miraron confundidas – es que me siento un poco mareada y no valla hacer que se me caigan los platos y arruine el desayuno – dije con la cabeza baja.

Mamá: está bien manuela y Estefany lleven el desayuno a la mesa y tu paula acompáñame a buscar unas cosas a la bodega – dijo y sigo a mi mamá a la bodega y cuando llegamos mi mama me dice – que es lo que te pasa – dijo cruzándose de brazos.

Paula: nada mama porque crees que pasa algo – dije nerviosa por su mirada.

Mama: no me quieras tratar como una idiota primero no quisiste salir en la fiesta y ahora no quisiste servir el desayuno cuando antes tú eras la que le llevaba los platos a don Alexander a la mesa antes de que llegara su hijo que es lo que pasa porque le tienes tanto miedo al hijo de don Alexander y quiero que me digas la verdad – dijo severamente.

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