Capítulo 7 - Cimientos para la confianza

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Tras la agitación que supuso llegar a tan remoto y relajante lugar, Kaname sentía alegría por haber sido capaz de proteger a Zero, aquel joven de mirada amatista poseía un corazón demasiado vulnerable y cubierto por grandes heridas las cuales solo lograban hacerlo sentir desconfianza hacia cualquier persona ajena al grupo de cazadores que llevaban cuidándolo desde el momento en que se le permitió abandonar el hospital. Habiendo prometido tratar las piernas de Zero, Kaname no solo aceptó cumplir tal promesa, sino también brindar entera protección al menor ante cualquier entidad o persona que pudiera suponer una amenaza para la vida de este, sin embargo, jamás creyó que dichas amenazas pudieran provenir de su propio grupo. Que Yuuki hubiera supuesto un peligro para Zero era algo que lo había tomado por sorpresa, aun si pudiera resultar duro, ella tendría que mantenerse alejada por completo del albino tanto como fuera posible.

Una vez que cada integrante del grupo de Kaname se instaló en una habitación, se fueron repartiendo las diversas tareas que cada uno debería realizar, siendo el lugar propiedad de la familia Kuran eran realmente pocas las actividades a realizar, sin embargo, cada integrante del séquito de Kaname debía encontrar objetos concretos que serían necesarios para llevar a cabo el plan que el mayor había creado tras haber pasado leyendo durante varios días diversos libros sobre medicina.

Kaname, si bien había conseguido crear un tratamiento capaz de devolverle su movilidad a Zero, dicho plan poseía una probabilidad del cincuenta-cincuenta, siendo algo nunca probado todo resultado dependía de la suerte y el cómo fuera a reaccionar el cuerpo de Zero a dicho tratamiento que podrían a prueba su parte vampira. Sin embargo, existía algo que impedía al castaño llevar su plan, aun cuando tuvieran todos los objetos necesarios para realizar su idea, sin una confianza estable entre él y Zero sería imposible llevar a cabo la idea del mayor, primero debía crear un lazo más estable antes de siquiera atreverse a proceder.

—¿Kaname-san, a dónde vamos? —preguntó el albino un poco temeroso por desconocer del todo hacia dónde se dirigían, estando en un sitio nulamente familiar le resultaba imposible a Zero no sentirse asustado.

—Te darás cuenta pronto.

Para Zero fue confuso que en determinado momento Kaname comenzara a desvestirlo y le atara algo a la cadera, sintiendo como era cargado por los brazos contrarios fue que un miedo se hizo presente al sentir como su cuerpo entraba en contacto con lo que parecía ser agua caliente, le llevó varios minutos percatarse que el agua apenas le llegaba poco más arriba de la zona del estómago—. ¿E-estamos en una terma? —preguntó mientras sentía como era acomodado de forma segura contra lo que parecía ser el borde.

—Así es —afirmó Kaname acomodándose lo suficientemente cerca para hacer saber a Zero que estaría a salvo en todo momento—. Siéntete libre de disfrutar todo lo que quieras de la terma, me quedaré contigo hasta que quieras salir.

Tomando aquellas palabras como verdaderas, Zero dejó que su cuerpo se relajara, nunca había estado en una terma, era agradable como una simple agua caliente podía llevar a su cuerpo a un estado de relajación tan elevada, incluso el agotamiento que había supuesto el viaje parecía haberse desvanecido en apenas unos cuantos instantes. Percibiendo por instantes movimientos o pequeñas respiraciones por parte de Kaname le bastaban para saber que seguía estando acompañado, si hubiera tenido que estar solo seguramente se preocuparía más por no irse a ahogar que por relajarse. Tras un largo rato, Zero quiso salir, Kaname aun si no lo expresaba, encontraba un poco aburrido estar en un lugar tan callado, pero tal situación de algo forma era contrarrestada ante el hecho de encontrarse junto a Zero, estar junto a aquel chico por alguna razón resultaba lo suficientemente grata como para aguardar con paciencia a que este deseara dejar la terma.

Retornando a la habitación, Kaname depositó a Zero junto a la mesa localizada en la parte posterior del cuarto. Solicitando la cena, está poco tardó en llegar. Para Zero encontrarse cenando a solas con Kaname le causaba cierta rareza, más meditando mejor las cosas, todo lo que implicaba al castaño generaba tal sentimiento, aún se hallaba intentando acostumbrarse a verlo como un amigo en vez del enemigo que por tanto tiempo fue. Por su parte, Kaname contemplando a su compañero intentaba adivinar cuáles serían sus pensamientos, pese a que Zero mantenía esa seriedad tan características, de alguna forma en sus opacos orbes amatistas en breves instantes dejaba revelar facciones capaces de permitir contemplar que clase de pensamientos podrían estar rondando su mente, aunque para el castaño lo más sorpresivo era ser consciente que solo él se hubiera dado cuenta de ello, pues ni siquiera los cazadores parecían darse cuenta a tan pequeño detalle.

Protection from Darkness T1 (YAOI) [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora