46. Real

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Intentando con mucha fuerza disimular mi cara de sorpresa, revolví el cabello de Milo y me senté en la silla junto a la cama. Tomé un par de respiraciones antes de volver a ver a la mujer y le regalé una sonrisa de esas que tan bien se me daban.

—Lo lamento señora, no sabía que estaba aquí. No quise ser un desubicado frente a usted.

—Rita, mi nombre es Rita —dijo de inmediato mientras Milo contenía, con mucho esfuerzo, sus carcajadas. —Y está bien Nash, mi hijo ya me puso al tanto de lo que hay entre ustedes.

—¿Ah sí? —consulté mirando al chico que esquivaba mi mirada. Qué tanto le había dicho y qué era lo que él creía que había entre nosotros.

—Mamá está exagerando, ya le dije que nos estamos conociendo.

—Pero nosotros ya nos conocemos —refuté de inmediato. —Creo que estamos empezando a construir algo.

—Nash...

—¿Una familia? —consultó la mujer llamando mi atención. Ella lo había soltado sin pensarlo, lo noté por su cara de espanto ante mi mirada.

—Eso es muy grande para decirle ahora —respondí con altura. —Pero quién le dice más adelante, podríamos pensarlo. ¿Tú que dices Milo?

—Basta, los dos, en serio —pidió incómodo.

—Lo lamento Nash, no fue mi intención. Pero debes entender que siempre soñé con nietos y todo eso... esto es nuevo para mí y suelo ser grosera a veces —se apresuró a decir ignorando al chico que se veía cada vez más molesto.

—Mi último novio me dejó porque le dije que quería una familia, con hijos y todo eso —confesé. Creo que era la primera vez que se lo decía a alguien que no fuera Ian. Ni siquiera había llegado a contarle ese detalle a Milo.

La mujer sostuvo su mirada inteligible por algunos segundos pero no dijo nada.

—Era un niño en ese tiempo, no pensaba demasiado las cosas, pero sí sabía algo, quería una familia y la quería con él. Claro que interpretó lo de los hijos como que yo quería estar con una mujer o algo así, no lo sé... —suspiré y miré a Milo unos instantes antes de volver a la mujer. —No sé a dónde vamos a llegar con Milo, ojalá sea algo duradero señora, pero quiero que sepa que si por mi depende, y su hijo no se ha espantado lo suficiente, mi idea ha sido siempre formar una familia con la persona que amo.

Miré a mi compañero por inercia y vi el rubor subir por sus mejillas. Yo no se lo había dicho a él, la frase "te amo", pero podía interpretarse como eso y era lógico que se avergonzara.

—Si estás asustado es mejor que me lo digas ahora antes de que me enamore más de ti Milo —dije tirando mi mano a la suya a tiempo que sus pupilas se dilataban notablemente. Sin embargo no se apartó, escondió sus sonrojado rostro en su hombro y no miró a nadie por mucho rato.

Miré a la mujer y también estaba sonrojada, mirando al exterior. Había asustado a todos los presentes y no me sentía orgulloso de eso, pero debía ser claro si no quería salir lastimado antes de que fuera demasiado tarde. Milo podía pensárselo de ahora en más y poner un freno a lo que teníamos si era necesario, no dolería menos en ese momento que en unos años más, pero por lo menos no estaría engañado tanto tiempo como me había pasado anteriormente.

Patrick fue quien ingresó a distender el ambiente. Lo volvió a regañar un poco más y me amenazó personalmente para que ponga cuidado en el actuar y el descanso del chico; aseguró que había agendando mi teléfono y que estaría contactándome continuamente para saber del chico. Asentí obedientemente y cerré la boca, él se veía impoluto e intimidante en ese momento, no podría ni pensar en hacer un chiste.

Milo y su madre tampoco dijeron mucho más. Acordaron una próxima visita y el hombre le firmó el alta para que pudiera retirarse.

Rita se despidió de nosotros y nos dejó ir con Alex que nos esperaba pacientemente en su vehículo. Él no habló durante todo el camino, ni Milo tampoco lo hizo. Yo me dediqué a contestar mensajes y pronto estuvimos en la puerta de mi edificio, aún sumidos en el incómodo silencio.

Antes de descender le dije a Alex que podía venir cuando lo deseara, pero él sólo se rió y me dio un saludo con su mano antes de retirarse definitivamente. Tomé el bolso que había llevado Milo y subimos en completo silencio a mi departamento.

—Ordenaste, eso fue rápido —observó cuando estuvimos allí.

—Merlina y Josh ayudaron bastante —informe dirigiéndome a la cocina para poner a calentar agua. Necesitaba un té.

—Tienes los mejores amigos del mundo —sonrió sentándose en una de las sillas. —Te envidio.

—Oh, Josh es también tu amigo ¿Sabes?

—Lo sé —suspiró y sacó su teléfono para observarlo un segundo antes de mirarme sentarme frente a él. —Hablé con Alex.

—Alex habló conmigo Milo, no debes preocuparte por eso —dije tirando mi mano a la suya que se encontraba descansando sobre la mesa. Él dejó que lo acaricie, pero negó con su cabeza.

—Aparentemente él creyó que entre nosotros estaba todo bien, que lo estábamos intentando y lo estábamos haciendo bien... yo debí ser un poco más claro con él —aseguró con tristeza. —Se veía bastante lastimado ¿Sabes?

—Lo sé.

—Nunca fue mi intención jugar con Alex. Creí que, quizás alejándome un poco de ti, respetando la decisión que habías tomado al no elegirme, me daría cuenta que lo nuestro había sido sólo pasajero pero... —tragó saliva y corrió su mirada de la mía por unos segundos —lo único que he hecho estas semanas es no parar de pensar en ti.

—Tan lindo...

—Jódete.

—En serio Milo —sonreí arrastrando mi silla hasta quedar frente a él. —Me encantas.

—Eres tan empalagoso —sonrió dejando caer su cabeza en mi hombro. —Oye.. Patrick dijo que no podíamos tener sexo todavía.

—¡Milo! —exclamé abrazándome a él, su risa inundó el silencioso lugar y me apretó el corazón, había extrañado esa melodía. —No es por eso que te invité a quedarte conmigo.

—Lo sé... sólo quería que sepas lo que dijo Patrick.

—Oye... —dije separándolo de mí para mirarlo a los ojos. —No quise asustarte con eso que le dije a tu mamá ¿De acuerdo? Pero necesito que seas claro conmigo Milo. Quiero que te quedes estos días conmigo, que compartamos y puedas evaluarlo. Pero todo lo que dije es cierto y quiero que lo tengas en cuenta Milo —acaricié su mejilla y le sonreí seductoramente. —Lo que siento por ti no es un capricho, no es calentura... lo que siento por ti es real y necesito que lo sepas desde un principio. Porque no quiero que nos hagamos daño, no quiero sufrir más Milo, fue suficiente. Quiero ser feliz. Quiero que tú seas mi presente y mi futuro. Te quiero a ti.

Temporal: Presente FuturoWhere stories live. Discover now