—¿Ya me vas a hablar o qué? — pregunté mientras cerraba la puerta de mi casa
Juan estaba afuera
En la tarde sería la fiesta por el día del estudiante y aún no comprábamos la piñata. Así que el plan era ir a comprarla, también algunos dulces, rellenarla e irnos hacia allá.
—Te hablaré hasta que no permitas que ellas te manipulen de semejante manera
Suspiré
Juan y yo comenzamos a caminar, Juan dijo que conocía una tienda.
—Ésta me parece bien — dijo mientras tomaba una redonda de color roja, con picos de igual color.
—Sí, a mi también
—Por mientras la pago, tú puedes ir a elegir los dulces
Estaba por el pequeño mercado, eligiendo qué dulces comprar para comernos.
Chris
No sé qué hacer para que me permitas explicarte, por favor, necesitamos hablar.
Rodeé los ojos.
Necesitaba sanar, y él ni nadie me permitía hacerlo.
🌸🌸🌸
—¡Oh vamos hombre¡ ¡No seas así y déjanos algo de piñata! — gritó Alfonso
Juan le estaba dando muy fuerte, en cualquier momento podría romper y aún faltaban varios por darle.
Hasta que finalmente lo hizo
—¡Jódete Juan! — gritó Alicia
—Vean el lado bueno niñitos, hay dulces — respondió Juan mientras les entregaba el palo de la piñata
Yo solamente di una leve risa mientras me tomaba mi refresco.
Me sentía en otro lado, mi mente divagaba y divagaba, tenía muchas cosas en las cuales pensar y no les dedicaba el tiempo suficiente. Y era necesario porque conforme en base a ellas, elegiría una decisión.
—Hey, tierra llamando a Adelaine
Cerré los ojos porque alguien me había aplaudido frente a mis ojos, lo cual hizo que se cerraran de repente.
—Eh, ¿que? — respondí algo asustada.
Voltié hacía enfrente y ví a Juan riendo de mí acción
—Al parecer andabas en otro lado —, comentó mientras se sentaba al lado mío
—Quizás — le di la razón mientras le tomaba a mi refresco
—Y ¿se puede saber qué es?
—Cosas de la vida — reí
—Vaya, eso suena muy interesante
—Lo es — voltié a verlo — ¿tú qué me cuentas?
—Chris preguntó por ti — comentó de repente mientras sacaba su cajetilla de cigarros y prendía uno de ellos
Hice cara de asco por el cigarro
—¿Ah si? — respondí, según yo, indiferente
—Aja, dice que no le contestas y que se preocupa por ti
—Y ¿qué le dijiste?
—La verdad
—¿La verdad? ¿De qué hablas? Nunca le escondí nada
—A eso no me refería tonta — inhaló el humo para después sacarlo — pues habla con él y sabrás por ti misma
—No lo haré y lo sabes
