[001]

11.4K 797 307
                                    




La oficina era un desastre. No era nada diferente a los otros días ajetreados en el edificio, pero hoy hacia la diferencia ya que se acercaban las fechas del lanzamiento de las nuevas campañas de marketing. Teníamos que revisarlas, analizarlas, tal vez hacer una que otra modificación–que aquello era más frecuente en las últimas semanas–, y después aprobar para que se muestren al público. Más de una vez un empleado pensó que podía engañarme y volver a entregar la campaña sin ninguna modificación. Y eso le costó el ser degradado.

Ya eran demasiadas veces que ocurría como para seguir ignorando el visible hecho que al parecer ninguno tenía miedo de cometer. Piensan que pueden engañarme y cuando cobran las consecuencias empiezo a recibir quejas.

Entonces cuando los suaves golpes en la puerta de mi oficina se hacen presentes en todo el silencio que inundaba entre las cuatro paredes, es que siento algo de alivio porque reconozco el aroma del omega al otro lado.

—Jungkook.—escucho la voz tranquila de mi amigo llamándome.

Levanto la cabeza para observar a Jimin de pie en la puerta en una postura algo tensa. Se acerca un par de pasos hasta estar frente el escritorio y toma asiento en la silla.

—Con los demás empleados vamos a ir a un bar de por ahí. ¿Quieres venir?—lo miro con algo de indecisión.—Pensé que el que estés encerrado en esta oficina te podría estar agobiando.

Lo pienso por unos momentos antes de darle una respuesta negativa con un leve movimiento de cabeza. Una mirada de reproche, como conociendo lo que voy a decir de excusa.

—Sabes que a Daehyun no le gusta que llegue tarde a casa.—respondo de manera automática.

—Daehyun se puede meter sus caprichos por el culo.—la calidez que brindaba su voz de repente cambiando a un tono frío y duro.—¿Cuando fue la última vez que saliste con tus amigos? Ni siquiera te da un respiro. Te tiene como le plazca. Estas en la palma de su mano.

Largo un suspiro cansado, las palabras llenas de verdad que me dice se quedan clavadas en mi mente.

—No puedo hacer nada, Jimin.—es la única respuesta que puedo dar sin ir más a fondo en esta conversación.

La reacción que obtengo es un resoplido y una mirada de desaprobación de su parte.

—Para ser alfa, y hablando desde una mirada antigua, tienes muy poco que pueda distinguirte como tal.—antes de que pueda replicar algo, se levanta de la silla y hace su camino hasta la puerta. Pero antes de salir me dirige una última  mirada que contiene una mezcla de tristeza y enojo.—Háblame cuando vuelvas a ser el Jungkook de antes y no él esclavo del omega arrastrado que tienes en casa, quien, por si no sabías, esta contigo solo por pura conveniencia. Y antes de que me digas que mis palabras son duras e hirientes, piensa en todas las veces que nos ignoras, rechazas y mientes para no fallarle a él.

Se va cerrando la puerta con fuerza a sus espaldas. Al instante comienzan a escucharse murmullos y lo único que logro entender es a Jimin respondiendo con un simple, "está ocupado, como siempre".

Hago a un lado los papeles que contienen información sobre la última campaña y dejo escapar un suspiro de pura frustración.

Sé que Jimin tiene razón. Sé que lo único que busca es lo mejor para mí. Pero hay veces que quisiera cometer mis propios errores. Fallar y levantarme a la mañana siguiente como si nadie hubiera afectado a mi vida.

Asi que con toda la falsedad del mundo pretendo que las palabras de Jimin no me han afectado y prosigo a marcharme. Recojo la chaqueta del traje del respaldo de la silla y agarro las llaves de mi coche. Salgo de la oficina no sin antes ponerle llave a la puerta. Bajo todo el camino hasta el estacionamiento, cansado y estresado por el día de hoy.

Meant to be |KookV| [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora