Capítulo 20

13K 860 35
                                    

Chat

Sara: Hey.

Sara: estas libre?

Leo: define libre.

Leo: es broma. Estoy algo ocupada pero puedo hacer un hueco.

Leo: ¿ocurre algo?

Sara: ¿por qué tiene que pasar algo para poder quedar contigo?

Sara: solo quiero verte.

Leo: entonces almorzamos juntas?

Leo: segura que solo quieres verme? Jajaja

Sara: la comida mejor. Tengo reunión a la hora del almuerzo.

Sara: olvida lo que he dicho.

Leo: para comer entonces.

Sara: paso a por ti.

Sara: no trabajes demasiado.

Leo: yo también quiero verte.

Fin del chat

- Hola, Abogada Villar. Hoy estás preciosa- el abogado acompañó su piropo con un, guiño de ojos mal hecho. Leo suspiró dejando su teléfono encima de la mesa ¿Qué demonios quería ahora la colonia andante?

- Buenas tardes Abogado Colomer ¿Ocurre algo?- preguntó la abogada observándolo con un rostro de no muy buenos amigos que se dijera.

- Queria invitarla a tomar algo- Leo lo miró de arriba a bajo antes de suspirar. Tenía que buscar una excusa para no tener que ir, pero rápidamente pensó que no tenía que darle explicaciones, y mucho menos a él.

- Muchas gracias por la invitación pero rechazo la oferta- el abogado dejó de sonreír por unos segundos ¿Lo había rechazado? A él nunca lo habían rechazado antes- Ahora si me disculpa, tengo trabajo que hacer.

- ¿El caso del robo te quita mucho tiempo? Yo puedo ayudarte con eso- la morena lo observó unos segundos- Puedo hacer que te quiten el ultimátum, solo tienes que hacer una cosa. Sal conmigo una noche.

- Vete a la mierda- fue la contestación que salió por los labios de la abogada al mismo tiempo que se levantaba de la silla. Estaba mal de la cabeza si se pensaba que iba a caer tan bajo. Lo conocía desde hace tiempo y su único objetivo había sido llevarla a la cama. Se lo hubiera consentido si no fuera por el hecho de que fuera tan repelente.

- Vamos no será tan malo. Tu conseguirías mantener tu trabajo y yo tenerte. ¿Qué hay de malo en eso?- el hombre no veía que había de malo en los que había dicho. Salían los dos beneficiados después de todo.

- Que yo no soy una posesión que puedas tener, eso es lo que falla en tu lógica. Adiós, abogado Colomer- Leo sonrió cínicamente antes de salir de aquella habitación- Me pone enferma- susurró entrando al despacho de su amigo y sentándose en una silla.

- A mí también me pondría malo tener a una babosa pegada a mi cada dos por tres.

- ¿No se cansa? Lo he rechazado como mil veces y el sigue, sigue y sigue. De verdad que nunca lo entenderé.

Destino, te odioOnde histórias criam vida. Descubra agora