Hey Brother! •TODODEKU•

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TodoDeku + Kacchan kid! AU (sin quirks)

Todoroki observaba con aburrimiento el asfalto de la calle mientras caminaba guiado por un chico demasiado entusiasmado por llevarlo a su casa.

Kirishima Eijiro, el único compañero de su clase que lograba mantener una conversación de más de dos frases con él, y quien se auto nombró su mejor amigo desde séptimo grado, lo arrastraba hacia su hogar, lugar donde la madre del pelirrojo mantenía una guardería.

La madre de Kirishima había estado enferma esos últimos días, y en su estado era difícil cuidar a los pequeños, sin mencionar que una de las cuidadoras acababa de dar a luz a su primer hijo. Las cosas ya se complicaban lo suficiente para los demás cuando una persona faltaba, este era un estado de crisis.

Tal vez los niños no eran muchos, pero cuidar un solo pequeño revoltoso ya era agotador.

Así que como buen hijo, Eijiro se ofreció para ayudar. Después de todo tenía algo de experiencia. Veces anteriores había ayudado a entretener a los niños. Y tanto los padres como los pequeños adoraban al sonriente muchacho.

Oh, pero Kirishima aún necesitaba ayuda.

—No entiendo por qué tengo que ir— la voz monótona del chico con heterocromía interrumpió el silencio en el que se encontraban desde que salieron de la escuela. Con el tiempo Shoto había aprendido a valorar la -forzada- amistad que Kirishima le había impuesto, el chico era como un sol, imposible de odiar. Sin mencionar que era el ÚNICO amigo que tenía. Pero interrumpir en su preciado fin de semana sin tareas era algo que no pensaba perdonar.

—Viejo ¡es lo único que te he pedido en todo el tiempo de nuestra amistad!—lloriqueó el pelirrojo— además, no tienes nada mejor que hacer.

Todoroki iba a defenderse, pues tenía muchas cosas 'importantes' en las cuales gastar su tiempo, pero fue interrumpido por su amigo.

—Y pensar formas para matar a tu viejo sin dejar huella no es algo válido...— guardó silencio unos segundos—ni sano. — al terminar siguió halando al chico.

Y ahí iba su perfecta tarde de viernes, en la que pensaba dormir desde que pusiera un pie en casa. Además, ya no desperdiciaba su tiempo en planear maneras para deshacerse de su progenitor... no tanto.

Por algo tenía que empezar ¿no?

—Pero ¿No crees que será incómodo para los padres que alguien que no conocen cuide a sus hijos?—Todoroki no se rendiría, esa era una excusa muy válida.

—Ellos confían en mí—Eijiro habló sin voltear a verle—y yo confío en ti, además, eres el mejor estudiante que conozco, responsable y atento, te preocupas por los demás aunque no lo demuestres, eres perfecto para esto.—Todoroki se sintió halagado pero seguía pensando que era una pérdida de tiempo. —Y mi madre habló con ellos esta mañana, después de todo ella supervisará nuestro trabajo. Incluso te pagarán, ya no te quejes. Yo lo hago como voluntario. — La justificación del pelirrojo terminó siendo una queja. Shoto solo se resignó a que no tenía escapatoria.