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El chico respiró profundo por milésima vez esa noche

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El chico respiró profundo por milésima vez esa noche. Debía calmarse.

Izuku estaba arreglando su habitación para acomodar un futón en ella ¿El por qué?

Su amigo de ojos heterocromáticos iba a quedarse a dormir en su casa.

Si... no habría ningún problema si solo fuese eso.... un amigo...

Si todo fuese normal, si el chico no lo hiciera suspirar como colegiala enamorada.

Otra profunda respiración.

¿Por qué era tan estúpido? Solo a él se le pueden ocurrir ideas tan tontas. Debió escuchar a su hermanito cuando se negó a llevar a Todoroki a su hogar.

"Te lo dije maldito Deku"—habló su conciencia, que tomaba la forma de Katsuki.

"Lo sé Kacchan"— respondió mentalmente.

Cuando hizo su propuesta no le pareció algo malo. Todoroki parecía alterado, Izuku no tenía corazón para dejar que se marchara así. Fue un impulso de idiotez.

Después del incidente del helado, Izuku guió al chico a su hogar. No estaba nervioso, era mayor la preocupación por su pequeño hermano, quien en sus brazos cabizbajo lamía de apoco la bolita de helado que no había caído. Sabía que había algo más que molestaba al menor. Kacchan no era un niño que se entristeciera por algo como un helado en el suelo. Es más, normalmente, cuando eso pasaba, le exigía que le comprara otro, e Izuku se dejaba manipular con gusto.

Pero esta vez su reacción fue muy... sumisa. Algo totalmente extraño. Puede que solo estuviese cansado. Pero Izuku no estaba convencido de eso.

Una vez llegó a su casa, y después de asegurarse que la evidencia del helado hubiera desaparecido, llamó a la puerta, pues había olvidado las llaves en el trabajo. Rápidamente su madre había salido a recibirlo. El pecoso le había enviado un mensaje antes, preguntando si podía llevar un amigo a cenar.

La mujer le aseguró que no era un problema, menos cuando supo que ese amigo era Todoroki-kun. Inko solía emocionarse de más cuando Izuku llevaba un nuevo amigo a casa. Puede que fuese porque en el pasado, el chico no tuvo amigos, no reales al menos. Todo eso cambió cuando conoció a Ochako. Recuerda con diversión cuando la chica se auto invitó a su casa. Su madre incluso lloró ese día.

— ¡Bienvenidos!—dijo amable la mujer—pasa adelante Todoroki-kun, siéntete como en casa. —el olor a galletas encantó el olfato de los tres muchachos.

—Un gusto en verla de nuevo señora Midoriya—el chico inclinó su cabeza para saludar.

Izuku y Katsuki se acercaron para otorgarle cada uno un beso en la mejilla a la mujer.

El niño rápidamente pidió ser cargado por ella.

Izuku esperaba que el aliento del pequeño no delatara que estaba dándole dulces antes de la cena.

Hey Brother!  •TODODEKU•Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt