Queridísimo hermanastro.- Wos

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Capítulo 42.

Valentín;

Ya tampoco podía estar en mi habitación sin pensar en Paz. Recordaba nos habíamos cagado en la maldita apuesta que le había propuesto hace unos días atrás, en cómo nos habíamos besado, también como Paz había reaccionado cuando Laura mencionó la palabra "hermanastro".

— ¿Por qué todo es tan difícil? — Dije dándome vuelta y poniendo mi cabeza sobre la almohada.

Almohada donde minutos atrás, había estado Julieta mientras yo me la cojía.
La concha de la lora. Soy una mierda. ¿Cómo pude hacer esto?, ¿cómo pude ser tan pelotudo y no pensar lo que hago?

Mi hermanastra estaba en el hospital, por mi culpa, por tratar de arreglar las cosas, porque trataba de negar que me estaba enamorando de ella, porque tan sólo quería tener una relación con Julieta, normal, sin problemas, tratar de no repetir los errores que cometí antes.

¿Por qué no puedo tan sólo definir lo que me pasa? Cerré los ojos fuertemente. Inhalé y exhalé miles de veces.

— ¿Por qué no me pude dar cuenta antes que estaba enamorado de vos? - Dije mirando al techo. - 《ACLARACIÓN: LA APP ME TIRA ERROR CUANDO QUIERO PONER EL SIGNO QUE USO NORMALMENTE Y TENGO QUE USAR ESE GUIÓN PORONGA 😭》  - ¿Por qué esa noche no pude quedarme con vos y decirte la verdad, que te amaba y que no había sido ningún tipo de error? - Cerré los ojos. - ¿Por qué no puedo sacarte de mi mente ni un solo maldito segundo?

La habitación parecía tan aburrida y solitaria, ahora, secretamente, dentro de mi deseaba que Paz estuviera en su habitación y arrastrarme sigilosamente hasta su puerta, acostarme a su lado sin importarme que ella se despertara a medianoche y se sorprendiera de que yo estuviera ahí, tampoco me importaba decirle nuevamente "te amo" por error.

No. Error no. Nunca fue un error, error fue decirle que ignorara mi comentario, que no sabía lo que acababa de decir.

Poco a poco fui quedándome dormido, mientras la imágen de Paz se quedaba en mi mente.

- Valen. Valen.. despertate. Valen... estoy acá. Abrí los ojos. - Cerré un poco mis ojos con fuerza, luego los abrí y me quedé sin aliento al ver a la persona que me sonreía enfrente.

- Paz.. -Dije sentándome en la cama, la miré y pestañee varias veces, ahí estaba ella, sonriendome, mientras se acercaba lentamente.

- Estoy acá Valen. - Dijo y trató de acercarse pero la alejé, pensando que sólo era un sueño.

- No. - Susurré y fruncí el entrecejo, se veía tan real, tan viva, tan.. tan hermosa. Tan Paz.

- Valen, no me dejes ir esta vez... - Pronunció, algo en sus ojos apareció. Tristeza. La tomé del rostro y la acerqué a mi, sintiendo su olor, el roce de su piel contra mi, su respiración combinada con la mía.

- No.. no. - Susurré desesperadamente. - No, no te vayas amor. Por favor. Quedate.

- ¿Por qué dejaste que todo esto pasara? - Susurró con la voz ahogada.- Yo te amo, ¿sabías? - Mi respiración se cortó, la miré a los ojos sorprendido, intrigado, totalmente confundido.

- ¿Me amas? - Pregunté mirándola a los ojos, ella asintió lentamente. - Perdóname, perdóname. - Susurré. - Perdoname por ser un pelotudo, por no querer aceptar lo importante que sos para mi.

Comencé a besarla con desesperación, necesitaba tanto de ella, necesitaba tanto de sus labios, de su voz.

Sentía como sus labios se movían en sincronización con los míos. Cómo extrañaba esa sensación, ese sabor único, ese elixir que emanaba de sus labios, tan único, tan sólo de ella.