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Pasaron los minutos y alexios por fin había despertado, aunque se sentía un poco adolorido aún podía continuar con su viaje, una vez estuvo bien del todo, se reunió con los demás

Alexios: supongo que está es la única ruta que nos queda

Hipo: si, según parece las otras son callejones sin salida o son muy peligrosas

Patán: están seguros que es una buena opción pasar por esta zona

Patapez: es esto, o volver por dónde vinimos

Astrid: no tenemos muchas opciones

Por otra parte los gemelos estaban distraídos viendo una pequeña luz delante de ellos, la cual era producida por un pequeño dragón de la clase gusafuego, aunque eran comunes en las tierras nórdicas, era muy extraño ver uno en este mundo

Alexios: sugiero seguir, si es un callejón sin salida, usarán los dragones y volarán por encima de las montañas

Hipo: pero el viento es muy fuerte, podrían resultar heridos

Alexios: desde el principio supimos que este viaje sería peligroso, se deben sacrificar cosas

Astrid: entonces te separaras de tu nuevo compañero

Alexios: no, ustedes deberán continuar sin mí

Patán: estás loco, nosotros nunca abandonamos a nadie

Alexios: pues ahora lo harán

Patapez: te podríamos llevar con nosotros, al igual que a tu nuevo amigo

Alexios: es muy peligroso, ustedes lo saben muy bien, además tenemos que apurarnos

Sin decir más alexios se subió sobre su nuevo compañero e inició el recorrido por el pequeño valle frente a ellos

Pasaron los minutos y ya todos estaban avanzando, el viento corría con fuerza por el lugar, y la pequeña grutas emitían una especie de silbido

Patapez: que es ese sonido?

Lo dijo un tanto nervioso

Brutacio: el viento nos dice cosas

Astrid: a si y que te dice

Lo dijo en un tono de burla

Brutacio: no lo sé, no hablo vientoñol

Pero de repente recibe un golpe en la cabeza

Brutacio: y eso que fue?

Patán: si supieras vientoñol, habrías sabido que te golpearía en la cabeza

Brutilda: ja, muy buena

Por extraño que pareciera, brutilda ya no hacía muchos chistes o molestaba a los demás, como lo seguía haciendo brutacio, a medida que avanzaban el ambiente era un tanto más pesado, la niebla los cubrió, eso los alarmó un poco, ya que se podía ver cómo algo se movía en la niebla

Hipo: atentos, no sabemos que puede ser esto que nos está rodeando

Patán: no importa lo que sea, si lo logro ver le clavare mí hacha en su pecho

Alexios: no podemos, estas son criaturas antiguas y sagradas, no podemos derramar su sangre en este lugar

Hipo: alexios tiene razón, no ataquen a menos que sea necesario

Astrid: y cuando sabremos si es necesario

El ambiente se ponía más tenso, hasta que

Brutilda: oye, por qué me pisaste

como entrenar a tu dragón uaWhere stories live. Discover now