Ronda nocturna

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Un dos cuatro uno reportado en la avenida Arequipa. Estoy a unos diez minutos del lugar. Que sean veinte si termino de comprar esta muñeca. No es de las más caras pero tiene un bonito vestido y salía en la tele un año atrás. Aunque me haya demorado en conseguirla sé que Susi la amará.

Esto nomás. En efectivo. Gracias.

¡Rodríguez! Prende el auto. Llevamos retraso para atender el dos cuatro uno. Sí, sí, completamente mi culpa. Si quieres me denuncias con el jefe cuando volvamos. Solo pasé para comprarle algo a mi niña por navidad. ¿Te he mostrado una foto de ella? Tengo una en mi billetera, mira. Ya es toda una señorita. ¡Eres un puerco, Rodríguez! Tiene trece- no, no, quince años. ¡Claro que le encantará! Mi hija es chiquitita. Recuerdo que hace unos días recién comenzó la secundaria y solo un año atrás jugaba a la cocinita con su traje de princesa Disney. No sé qué clase de chibolas tú conoces, manito. Mi hija no es como las colegialas que te encuentras en las discotecas a las que vas para ponerle los cuernos a tu mujer. Mi Susi es una princesa. Mi princesita.

Carajo, cuanto demora en cambiar el rojo. El jefe nos matará si no llegamos a apoyar a los cholitos nuevos. La última vez se metieron al burdel en vez de cerrarlo. Tremendos pavazos salieron. Dale hasta el fondo al gas, manito, que no llegamos. Hay que cerrar turno para llegar a tiempo a la cena. No quiero que mi niñita tenga una muñeca que huela a prostíbulo.

¡Ahí! Hay dos patrullas más. Solo hay que cagarles el negocio al pata hasta que acepte darnos para la cena. No te vayas a enamorar de las flaquitas, tigre. No les importa su familia y son bien convenidas, por algo habrán terminado acá. Hay que ser fría para estar haciendo ese trabajito en plena fiesta. Aunque el pendejo que lleva el local debe ser uno de esos enfermos que compra niñas de la sierra. Si sí, le cobramos doble antes de canearlo. Esperemos, que los nuevos ya están sacando a las chicas.

Espera.

¿Susi? ¿Princesita? ¿Qué hace afuera a estas horas de la noche? Tu mamá ya tiene la cena hecha. ¿No ibas a estar esperándome con tu pijama rosa de unicornio? ¿No te esperaste a que llegara para arroparte como todas las noches? Esta vez te iba a sorprender para Navidad ¿Por qué no te quedaste en casa? Cúbrete, cúbrete. ¿Por qué sales vestida así? Debes tener frío. Mira, te compré esto. Es de esas muñecas que querías. Tiene tres vestidos y hasta habla. No le digas que no a tu padre, Susi. Sé que no has crecido. Sigues siendo mi princesita pequeña. Esa nenita que me llamó a jugar con ella a las muñecas hace unos tres- no, cuatro domingos. La que pidió su torta de Barbie para su décimo, onceavo, doceavo y... ¿treceavo cumpleaños? Mi niñita que nunca estaría en esta mierda de lugar ¿No es cierto? ¿Cierto?

DecepcionesWhere stories live. Discover now