Clones

10 0 0
                                    

Mi mano no deja de temblar. El pasamanos parece gelatina y pronto se romperá y caeré tres paraderos atrás de dónde debo bajar. Tal vez debí tomar un taxi para ir solo. No puedo mirarla de nuevo pero sé que lo que noté en ella era un par de cejas pobladas y una nariz respingada. Es ella, no es ella. ¿Es ella? No sé si no quiere o no tendría porqué saludar. Paradero, perfecto. Si salgo de acá se acabará está incomodidad. Era obvio que no era ella.

Hace dos años que camino con la cabeza gacha para morir en mi ley como ignorante en vez de torturarme más. Mi reojo me traiciona al dejarme ver los monstruos con los que convivo: tersa piel sin marcas de acné, mejillas rechonchas que rebotan con las sonrisas que regala desinteresadamente, ojos marrones como un mena mineral de esperanza, cintura despampanante indómita, un lunar en un lugar exacto. pelo corto o hasta el hombro o en una coleta o con vincha o ¿Por qué tenías tantos estilos?

Una vez en un lugar cerrado, mi tortura continúa. La luz sin filtro es mi escape aunque derretirá mis ojos algún día. No puedo entrar a otra cosa que no sea un juego de solitario. Cada muro virtual ha sido conquistado por la armada de clones que me torturan indiferentes. Un día, presioné un logo azul de casualidad y un maremoto de tinte importado casi me ahoga en plena clase nocturna. No hay forma de escapar de lo que tu cerebro se niega a olvidar.

Mi cuello está sufriendo. Ruega que lo deje de forzar y que si no me detengo, sus ligamentos se romperán. Mi cabeza rodará si no gano algo de valor. No pienso ser una víctima de la Reina roja que yo mismo dejé entrar a mi mente. Levanto mi rostro y soporté por unos segundos el bombardeo de Venuses hasta que mis sentidos lograron conectar algunas ideas.

Ella no llevaría maquillaje a clase, es alérgica. Ella no se pondría un polo de esa banda, la detesta. Ella no comería esa ensalada, odia las verduras. Su pelo no puede ser dorado, ni castaño, ni negro azabache. Tampoco le gusta teñírselo por completo. A ella le daba vergüenza bailar de esa manera, solo se suelta cuando está sola. Ese lunar está del lado contrario. Esos ojos no voltean para iluminarme. No hay una sonrisa inocente mas solo maliciosa. Los clones nunca fueron reales…

Me mantengo con vida al desterrar de mi mente esos fantasmas. Sin embargo, hay uno peor que ahora me acecha. Antes sentía que la tenía a mi alrededor todo el tiempo, pero ahora que me doy cuenta que nadie era como ella, nunca podré tenerla cerca de nuevo. Ya después me preocuparé por saber cuál mundo era peor. Por ahora, intentaré sobrevivir sabiendo que nunca encontraré algo que se asemeje a las memorias retenidas que tanto amo.

DecepcionesWhere stories live. Discover now