Capítulo V

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Todos en la casa se encontraban en un silencio incómodo, desayunando.

Tord tenía uno de sus ojos morados. Edd un Chinchón en su cabeza. Matt una cara sería y fría, y Tom, una vergüenza que lo hacía querer morirse.

El primero en terminar el desayuno, fue Matt, quien se levantó con naturalidad, dejó el plato en el lavamanos y se sentó en el comedor, esperando que todos terminarán.

Cuando Edd y Tord terminaron, el dueño de la casa se levantó para llevar su plato y el del noruego, pero fue detenido por Matt.

-- Yo los llevó --.

-- Pero ni lavaste tu propio plato, Matt --.

-- Quería recogerlos todos --.

-- Ah, ¿esta bien? Pero Tom aún no termina --.

-- Los llevó mientras tanto --.

Sin poder contradecir al pecoso, dejó que llevará los platos, como todo era muy incómodo, decidió irse a la Sala, quedaba al lado, para estar pendiente igualmente, Tord siguió en la mesa, mirando a Tom, quien solo sentía vergüenza y no podía comer más.

-- Edd, ¿esta bien que guarde el resto para después? --. Preguntó nervioso el felino, pero sintió una mano fuerte en su hombro izquierdo, apretando.

-- Tom, tienes que comertelo todo --. Habló firme Matt. -- Yo preparé el desayuno especialmente para tí --. Explicó, callando a Edd, que solo quería irse para no tener que seguir soportando semejante ambiente más incómodo.

-- P-pero no tengo hambre... --.

-- Come, ahora --. Usó su voz de mando, viendo como el pequeño bajaba la cara con vergüenza, y seguía comiendo encontra de su voluntad.

No pidiendo más, por el asco que empezó a sentir, se esforzó por detenerse.

-- Ma-Matthew por favor... --. Suplicó.

-- Thomas, ¡TRAGATELO! --. Gritó enfurecido el tigre.

Tom se encogió y lloró un poco, conteniendose las lágrimas lo mejor que podía, pero era en vano.

En ese momento Edd se había levantado del sofá y se encontraba al lado de Matt, sorprendido por todo aquello, antes de poder decir algo Tord se levantó y golpeó la mesa con fuerza.

-- ¡El no se va a tragar nada solo porque tu lo obliges! ¡Si no quiere, déjalo en paz, Matthew! --. Exclamó exasperado el noruego, con rabia en sus ojos por como estaban humillando al pequeño Omega del Grupo de amigos.

-- Tord no te exaltes también, están asustando a Thomas --. Intervino el amante de la cola, poniéndose en medio del noruego y del peli naranja, evitando una pelea.

-- Esta bien, me sobrepase, perdón por alzar la voz, Edd --. Se disculpó Matt, relajando su voz y postura.

-- Tom es quién necesita la disculpa --. Replicó aún molesto Tord.

-- N-no, esta bien, estoy bien, no estoy molesto, gracias por la comida, Matt --. Habló el Omega, quién había dejado de llorar y se encontraba más calmado, levantándose para llevar su plato.

Matt no le pidió que le dejará llevar el plato, lo suponía de ante mano el de cuencas, que se acercó al fregadero para comenzar a lavar su plato. Pero no sintió como alguien se hizo atrás de el.

-- Bueno, Tom, ya que no estas molesto, ¿Por qué no lavas todos los trastes? Como el maricón que eres --. Escupió el de pecas, molestó, en un susurro al lado del menor, evitando que los otros alfas en la casa le escucharán.

Luego agarró con fuerza el trasero del menor, estrujando sin pudor.

-- ¡Eres un amor por ofrecerte para lavar todo, Thomas! No entiendo porqué seguía enojado contigo, gracias, mi amor --. Exclamó fuerte dejando sólo al menor, fingiendo aquello con naturalidad.






Thomas sollozo bajito, lavando todo.

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