Twenty five

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El grito de Aiden se pudo escuchar a cuatro calles de ahí, Farah se tapó los oídos con ambas manos.

— ¿novios? — sacudió a su amiga por los brazos — por fin

— pareja — intentó corregir

— es lo mismo Farah, me alegro mucho por los dos — se abrazo a su amiga — ¿le dijiste?

— no, aún no sabe nada pero bueno creo que sospecha algo

— normal, has estado cojeando más de lo normal

— si, es un poco notorio qué hay algo mal en mi pierna — suspiró — en las dos pero no puedo decirle nada estamos juntos hace apenas 2 semanas ... imagina que llegue un día y le diga "¿qué crees? Tengo cancer y me voy a morir"

— es lo que se supone que deberían de haberle dicho antes de pedirle que saliera contigo

— Aiden, me lo vuelves más complicado ¿okay?

— es complicado para mi, te voy a perder, Sebastian te va a perder — al chico se le quebró la voz — el mundo se va a perder de Farah Walker ... es complicado para ambas partes

El tema era algo sensible, Aiden no dejaba de darle vueltas en su cabeza, quería dejar de hablar de eso con su amiga pero siempre que la veía terminaban llorando o haciendo todo un drama.

— solo quiero que Seb no sufra, lo hará y lo entiendo, ahora lo entiendo pero quiero que esté más fuerte, que cuando se lo diga no piense en irse a otro al otro lado conmigo

— pero a su madre si se lo dirás ¿no? — el chico cuestionó

— no lo había pensado — arqueó su ceja — sería bueno tener a alguien más adulto que sepa que hacer o como decírselo sin ser aún más hiriente

— exacto señorita, así que apresúrese a hablar con ella y después se lo cuenta a su novio

— ¡pareja!

— lo que sea

Sebastian había quedado de pasar por su casa pero su jefe había pedido que se quedara un poco más de tiempo en la oficina así que ese era el momento adecuado para ir a hablar con su mamá, le comento que lo esperaría en su casa para después ir al cine.

Fue a la academia para dejar unos papeles que le hacía falta a la señora Schmid para hacerle validas las otras clases que le había asignado, paso por unos pastelitos, no quería llegar con las manos vacías a darle una pésima noticia a la mamá de su ahora novio.

— Farah, cariño que gusto verte — la madre de Sebastian abrazo a la chica — ¿cómo estás?

— bien, bien ¿usted? — siguió a la mujer hasta la cocina

— bien, gracias ... ¿Seb no te dijo que lo necesitarían unas horas más en el trabajo?

— si, de hecho nos íbamos a ver en mi casa pero necesitaba hablar con usted

Ella asintió, ofreció café antes de empezar con la conversación, aunque algunas cosas banales y datos curiosos de Seb comenzaron a fluir.

— ahora si, toda mi atención — le dio su taza y tomó un pastelito — ¿es respecto a lo que tiene Seb?

— no, no es nada de eso... comprendo por lo que esta pasando y de verdad me da gusto que haya decidido ir a terapia, no es bueno para nadie que esté de esa manera

— le has ayudado mucho, Zoé lo dejo un poco destrozado, en verdad pensaba que jamás iba a volver a enamorarse y llegaste tú a alegrarle la vida, gracias Farah — le tomo la mano — espero que su relación dure mucho tiempo

La chica sintió un nudo en la garganta, estaba haciendo lo correcto porque tarde o temprano lo sabrían pero le acababa de partir un poquito el corazón ese comentario, ella quería realmente que funcionara y que durara por mucho tiempo pero justo ese era el problema... no lo tenía.

— ¿estás bien? — prosiguió la señora al ver que a Farah se le llenaban los ojos de lagrimas — dije algo que no tenía que decir ¿verdad?

— no, tranquila, sus palabras significan muchísimo para mi — atrapo la mano de su ahora suegra — Sebastian también me hace bien y él lo sabe de sobra — se ruborizó — pero del tiempo es de lo que quiero hablar

— ¿el tiempo?

— si, no tengo mucho tiempo para estar con él en realidad seria más fácil si todo esto hubiera comenzado hace tiempo atrás pero ahora bueno, tiempo es lo que me hace falta — la voz de la castaña se quebró — probablemente no esté con Sebastian más de este año

— ¿es algo que lo decidieron entre los dos?

Negó mientras agachaba la cabeza.

— tengo cancer, cancer de huesos ... metástasis — las lágrimas salieron de inmediato al ver la reacción de la mujer — en octubre me dieron entre 12 y 14 meses de vida

— Farah ... ¿qué? — está también comenzó a llorar — ¿por qué no nos dijiste nada? ... ¿Sebastian no lo sabe?

— no, de hecho nadie sabía, solo que hace poco Aiden, me saco la verdad y bueno él fue el primero ... usted sería la segunda persona que sabe todo esto

— cariño, eres tan joven — se acercó a ella para rodearla con su brazo — no, esto no es justo para ti, tú te mereces una vida increíble y llena de cosas hermosas

— ¡ay no me diga eso! — la abrazo — no quiero que Seb se entere, no hasta que esté mejor pero tenía que sacarlo y contarle a alguien más maduro que el tonto de Aiden

— ¿ya es un diagnóstico preciso? Me refiero a ¿no hay nada más que hacer? — aún la tenía en sus brazos, ella sentía como si su madre la abrazara — podemos intentar buscar a otro doctor

— no, ya hice muchos estudios, dos doctores y bueno es lo que queda ya ... con esperanza de llegar a diciembre

— no puedo creer lo que me estás diciendo

Se volvieron a abrazar, ella necesitaba esa estabilidad de un adulto, aunque ella ya fuera uno con esta cuestión se sentía tan débil y tan indefensa, lloraron, para que cuando llegara Sebastian no viera un drama intenso dentro de su casa y no supieran explicarle el porqué sin decirle la verdad.

— cariño, ve al baño y lávate la cara, sino Seb te atacará a preguntas — la mujer le quito las lagrimas de las mejillas — cuando estés lista para decirle estaré contigo apoyando ¿está bien?

— se lo agradezco mucho, no sabe lo que significa que usted me esté apoyando en esto

— ay mi niña como me gustaría que esto fuera tan distinto

Escucharon que la puerta se abrió, no le dio tiempo a Farah para huir, Seb se quedó sorprendido al ver que las dos mujeres tenían los ojos rojos y un poco hinchados.

— ¿qué pasó? — cuestionó acercándose a la mesa

— le conté a tu mami de mis padres ... sabes que ese tema es un poco delicado en ocasiones — Farah le dio una mirada cómplice a su ahora suegra

— ¡ay bonita! — la rodeó con sus brazos — tranquila, sabes que cuentas con nosotros para lo que sea

— es lo que le decía justamente, que no tiene que sentir pena o miedo por nada — la madre de Sebastian veía la escena con ternura pero también denotaba pena — siempre vamos a estar para ella

Seb asintió y le dio un beso en la mejilla.

— ¿prefieres que nos quedemos aquí? ¿Te llevó a tu casa?

— prefiero quedarme aquí, si no les incomoda

— ay no cariño, vayan arriba a ver una película y ahorita les subo algo para cenar

— no, no... no es necesario muchas gracias — la chica se avergonzó — ya con lo de hoy es más que suficiente

Todos se incorporaron, Farah se acercó a la mujer para poder abrazarla de nuevo, solo ellas sabían porque tanta complicidad entre las dos, Georgeta beso la frente de la chica, susurró algo como "todo estará bien" para después ver como ambos subían las escaleras hacia la habitación de Sebastian.

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