Thirty two

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Sebastian se había quedado a dormir con Farah, su madre tenía muchísimos planes ahora que sentía que su hijo tenía más libertad y se sentía segura de dejarlo con su novia.

— voy a ir al trabajo y vuelvo — le beso la frente aun en la cama — o ¿prefieres que ya me vaya a mi casa?

— ¡hey! Eso jamás pasaría por mi cabeza, mientras tú quieras volver te esperare

— esa voz me agrada — ahora el beso fue en los labios — te quiero guapa

— y yo a ti

Espero a que Sebastian realmente estuviera fuera del perímetro para comenzar el arduo ritual de las mañanas, cuando logró levantarse hizo todos sus deberes y se dispuso a trabajar en un gran artículo que tenía que traducir.

A eso de las tres de la tarde tocaron efusivamente a su puerta, Aiden había salido temprano de trabajar y planeaba pasar un rato con su amiga, nada tenía que ver qué le habían cancelado su cita.

— traje nuggets — agitó una bolsa de papel

— mm no tengo tanta hambre pero pasa, cómelos acá — la chica se movió para dejarlo pasar

— ¿qué has comido hoy? Me refiero a ... ¿te alimentas bien? 

— si, solo qué hay días que no me da hambre y bueno hoy es uno de esos días

— repito, ¿que comiste? — cuestionó Aiden de nuevo

— un yogurt y una banana — sonrió como si fuera un gran logro — el yogurt tenía fresas

— ¿una banana?

— y las fresas del ...

— Farah por Dios eso no es comer bien, van a dar las cuatro de la tarde y tú solo con eso en el estómago — negó rápido con la cabeza — tienes que comer algo más

— en mi defensa los nuggets tampoco es una comida súper balanceada

— pero es algo más que lo que acabas de mencionar — recriminó su amigo — ya Farah entiende que no te hace bien estar sin comer, cada vez te ves más flaca

— y ¿que? — se encogió de hombros — ¿no quieres que parezca un esqueleto cuando sea uno?

Aiden abrió los ojos tan grande, se aguaron en un segundo lo que hizo que Farah se sintiera mal por ser tan fría en la se aspecto.

Si bien ella ya tenía superado el tema, los que la rodeaban no, algunos ni sabían que estaba a punto de pasar.

— perdón, no quise decirlo así — lo tomo de las manos — pero ¿qué más puede pasar?

— que el tiempo que nos queda contigo te veas tan linda como siempre, que te sientas bien al menos en la manera de lo posible ... Farah, es difícil procesarlo, yo sé qué pasaste por muchas cosas pero yo no puedo digerir esas noticias con tanta normalidad como tú — la abrazo — te quiero mucho y no quiero que nada te pase

— ay mi flacucho, también te quiero muchísimo — se aferró mas a él — pero va a pasar y aun hay tiempo para crear buenos recuerdos ¿ok?

— por ejemplo comer nuggets

— por ejemplo ... pero solo uno y si traes papitas también podría aceptarte una

— ya dijiste Farah, ahora tienes comer al menos uno — sonrío — vemos alguna ¿película?

— tengo un documental sobre el planeta que he estado posponiendo, vamos a ver eso

— ay se me olvida que tengo una amiga nerd — rodó los ojos — pero bueno veámoslo








Las vacaciones de Georgeta se había alargado más de lo debido y ya llevaban tres dias más "viviendo juntos" ... las cosas cada vez iban a mejor hasta que Sebastian comenzó a sospechar más cosas de las que su cabeza podía controlar.

— ¿qué haces? — Seb se asomó al ordenador de Farah

— traduzco unas cosas, algo simple — se encogió de hombros — mañana lo revisan

— ¿quieres ir a cenar después de que termines? — cuestionó Seb pasando sus manos por la cintura de esta — estás más flaquita

— Aiden dice lo mismo — rió bajo — pero mejor vamos a cenar aquí ¿si?

— ¿quieres algo en especial?

Sebastian hizo todo el cabello de la chica hacia un lado para poder repartir unos cuantos besos.

— Seb, tengo que terminar esto en serio — la piel se le erizó — si quieres pide algo

El castaño hizo un puchero que divirtió a la chica, le dio un corto beso y buscó algo en la cocina que le sirviera de inspiración para la cena.

Él tenía toda él hambre del mundo así que preparo un puré de papas y una porción de carne bastante grande, Farah termino su trabajo y observo la cantidad de comida que él estaba haciendo, no quería que la odiara pero no tenía hambre exactamente.

— ¡listo! — Seb dejó ambos platos en la barra — alguien me dijo que no has querido comer bien así que necesito que te acabes esto

— ¿Aiden? — frunció el ceño — es un chismoso

— Farah, come por favor, no has comido en todo el día por lo qué se

— no tengo ganas, solo quiero agua y si comí

— ¿esto es una especie de dieta? — cuestionó Seb — no la necesitas, créeme

Farah soltó una risa sarcástica.

— Seb tú me has visto comer ¿crees que haría una dieta?

— ¿entonces? ... solo el puré si no quieres la carne, por favor — de nuevo un puchero en su cara

— pero es que no tengo hambre

— ¿Es algo psicológico? Me refiero a anorexia o algo así ... sabes que eso puede ir a peor ¿no? — suspiró — te van a dar de comer con una sonda y no te va a gustar

Farah se llevó las manos a la cabeza, dejó salir un suspiro, metió un pedazo de la carne a su boca pero una servilleta fue el paradero de este, Sebastian sólo la veía más preocupado aún.

— no puedo, no puedo — los ojos se le cristalizaron — si no me quieres dar el agua tú yo voy por ella

El peor momento para que una de sus piernas le fallara era Justo este, Seb la atrapó en el aire.

— Farah, ¿que tienes? — él intentaba ver algo en la expresión de su cara — dime por favor

— cancer ... tengo cancer

Sebastian la acomodó en el brazo del sofá, se hizo un silencio sepulcral, él comenzó a escuchar los sollozos de ella como en la lejanía, se sentía mareado y que el aire le faltaba.

— ¿que? — dijo casi en un susurro — ¿cancer?

Ella asintió mientras volvía a llorar, Sebastian se sentó en el suelo intentando asimilar... no le había dicho más que tres palabras y con eso fue suficiente para que sintiera que el mundo se le venía encima.

Save Me Where stories live. Discover now