[4]

8.9K 960 1.4K
                                    

La mano de Dabi se apodera de mi hombro derecho en un instante, empujándome con fuerza contra la pared. La sorpresa y el impacto hacen que expulse un jadeo ahogado, disparando todas las alarmas de mi organismo ante la sensación de peligro que estoy experimentando.

Mi pulso se acelera. Lo siento incrementar su velocidad cuando mis sienes laten con fuerza y el corazón se me sube a la garganta de un salto. Por un segundo el pánico me invade, pero me concentro en no abrir mis ojos como platos y en intentar inhalar con cuidado, lento y pausado, aunque la sensación de mis labios secos y tirantes no me facilitan la función de respirar con calma. Quiero morderlos para evitar que tiemblen y que mi estado le revele la familiar sensación del miedo calando en mis huesos ante su fría mirada.

No sabía que unos ojos tan azules podrían ser tan aterradores, tan helados.

El hashtag de #Setequisopendeja brilla con enormes letras de neón en mi cabeza cuando el antebrazo de Dabi presiona mi cuello en una silenciosa amenaza, a la vez que se lleva un dedo a sus labios en un claro gesto de que no grite.

—Vamos a tener una conversación —me ordena con una voz suave que no coincide con sus actos—. Solos tú y yo.

Sus parpados se entrecierran, esperando a que le responda, pero mi boca está tan seca como un desierto y sé que si hablo la joderé irremediablemente. No quiero tragar saliva para que sea consciente de mi nerviosismo, por lo que asiento con la cabeza y agradezco la falta de iluminación del corredor para que no note la seguramente palidez de mi rostro.

—Sé que no has venido aquí a vender tu cuerpo ni buscar a algún pez gordo que gaste su dinero en ti, pequeña mentirosa —me acusa, sonriendo ladino.

Ouuuuh, shit...

I'm SO fucked up...

Pensar bajo presión debería ser un criterio básico que añadir en mi currículo... si es que tuviera esa fantástica capacidad que me salvara el culo en estos momentos. Sin embargo, estoy sola, sin que un héroe pueda intervenir o un teléfono pueda sonar a modo de "salvada por la campana, te has escaqueado de una muerte segura por pura suerte".

Por ello... Siempre hay que fiarse de la vieja confiable y recurrir a la táctica de rebatir con otra pregunta para ganar tiempo.

—¿Qué pruebas tienes?

El rostro de Dabi parece fruncirse en una mueca de aburrimiento, como si esperase que yo fuera tan previsible de seguir con ese cliché peliculero. Sus ojos entornados muestran cierta decepción y pesadumbre cuando las arrugas de su frente se disipan y solamente me contempla desde arriba antes de otorgarme con una réplica mordaz que me dejará sin defensas.

"Am I a joke to you?", parece decir su cara hasta que una sonrisa torcida, que me descoloca, muestra el lateral de sus dientes.

—No tengo pruebas, pero tampoco dudas.

Maldición. Este men sí que sabe...

—Entonces dime a qué crees que he venido —le reto, sabiendo que me estoy arriesgando. No obstante, sé que mi enlace debe estar escuchándonos con atención, más aún cuando mi tapadera pende de un hilo y puedo no salir viva de aquí.

Dabi aparta su antebrazo de mi cuello, solo para permitir que sus dedos se paseen por él en un malicioso y sensual toque. Ruego que mi pulso no se dispare o mi piel se ponga de gallina ante el roce fantasmal de sus ásperas yemas ascendiendo hasta mi mentón, donde su índice hace una leve presión para alzarlo y que estemos cara a cara, enfrentando nuestras miradas.

—He estado observándote desde que entraste aquí y te paseaste por el octágono, viendo cómo estudiabas a los empresarios y repelías a los yakuzas —relata mis acciones con un tono siniestro, dejándome aun más rígida de lo que ya de por sí estaba. Una risita ronca hace de pausa mientras se relame los labios, saboreando su poder sobre mí—. Y cuando te vi con Giran... después de haber sido arrastrada por Toga y sin apenas dudar con tu apuesta...

TAINTED I: Corruption (+18) [BNHA A.U. Adulto] [Finalizada]Where stories live. Discover now