Dolor.
Era lo único que sentía desde aquel fatídico día en que un demonio de otro mundo le había arrebatado lo que más amaba en la vida.
Porque eso era él para ella.
Un demonio.
Lo odiaba.
Lo odiaba por arrebatarle a su familia.
Lo odiaba por arreba...
ADVERTENCIA: Este capitulo contiene imágenes fuertes que podrían no ser de su agrado. Por favor, leerlo bajo su propia responsabilidad.
"El impacto y el dolor de una pesadilla puede ser mucho mayor que el de un puñetazo"
-- John Katzenbach.
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·Milk·
--No, no por favor, no lo hagas.
Suplico, no puedo hacer nada más, solo llorar. Siento sus bruscos besos en mi cuello y sollozo aún más fuerte.
¿Por qué me tiene que pasar esto a mi?
¿Acaso he hecho algo malo y estoy pagando por ello?
No lo creo.
Trato de moverme, pero no puedo, sus manos sujetan mis piernas y no puedo mover las mías, que se encuentran apresadas por unos extraños aros de luz sobre mi cabeza. Él sujeta fuerte mi mentón y vuelve a besarme, introduciendo su lengua en mi boca.
Esto es desagradable, no me gusta, no quiero que me toque. Kamisama, por favor, alguien que me salve, o que me mate de una vez, prefiero morir e ir junto a mi familia que esto.
Él rasga mi ropa hasta dejarme completamente desnuda, cierro con fuerza mis ojos, no quiero ver. Sin embargo lo siento, siento sus manos tocarme y apretarme tan fuerte que duele, siento sus labios succionar y morder mis senos. Y también escucho, silencio, un horrible silencio en todo el bosque que solo es irrumpido por la acelerada respiración de él y mis sollozos.
No hay nada más, no hay nadie más. Solo quiero que esto acabe.
-- ¡No!
Lloro aun más fuerte al setirlo tocar mi intimidad, sus labios bajan por mi abdomen hasta sentirlo en mi centro, olfateando y lamiendo. Mis músculos se estremecen ante su acción, no quiero sentir eso, pero mi propio cuerpo me traiciona.
Cada centímetro de mi cuerpo tiembla, aprieto mis puños con impotencia y el llanto se me ahora en la garganta, complicando que el oxigeno entre a mis pulmones. Poco a poco, siento un fuerte calor empezando a sofocarme, un escalofríos recorre mi espalda al sentir su húmeda lengua y sus labios succionar en ése lugar. Mi piel se estremece y mi cuerpo tiembla aún más, un gemido se escapa de mis labios sin poder contenerlo al sentir aquella abrumadora sensación recorrerme el cuerpo.
