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·Kakarotto·
Mis ojos se abren forzosamente sintiendo los párpados pesados, mi respiración se encuentra alterada y todo mi cuerpo transpirado.
Exaltado ladeo mi cabeza varias veces para tratar de salir de mi aturdimiento, y despacio vuelvo a recobrar los sentidos. Obsevo el monitor frente a mi que me indica que tan solo faltan algunos minutos para aterrizar en el planeta Namekusei.
Cinco horas, cinco putas horas en las que me dormí para tratar de relajar un poco mi cuerpo y solo sirvió para ponerme más tenso de lo que estaba.
Malditas pesadillas.
Observé mi mano y la cierro en un puño, deseoso de plantarselo a alguien en la cara. Sonrío, recordando el por qué me encuentro aquí. Aprieto mi puño con más fuerza, enterrando las uñas en la palma de la mano y ver como mis nudillos se vuelven blancos, pero, mi atención es rápidamente atrapada por otra cosa.
Mi cola.
La maldita no se quedaba quieta, no dejaba de moverse, casi con desespero, buscando a quien se supone deseaba. Quien estaba a miles de millones de estrellas de distancia.
Maldito celo, me tenia que atrapar justamente a mi, y para el colmo, con una débil humana aún en desarrollo.
Tragué grueso, odiando con cada fibra de mi ser a estos malditos instintos Saiyajin. Y recordando con odio los acontecimientos de aquella noche. Cuando la razón me abandonó y actúe por el deseo que me abrumó tomandola por la fuerza.
Y matando a su familia.
Razón por la cual ahora me siento como un verdadero miserable, por segunda vez en mi vida siento remordimiento por haber matado a una persona. La primera fue siendo un crío, cuando me obligaron a matar por primera vez.
Pero, mentiría si dijera que no lo disfruté.
Nunca en mi vida lo he hecho, nunca me ha divertido matar a las personas, pero por alguna razón, esta vez fue diferente. La satisfacción que sentí al matar a esa familia fue grande, aunque realmente no había querido hacerlo.
El pitido del comunicador de la nave me saca de mis pensamientos, oprimo uno de los botones activando la comunicación.
-- Kakarotto, --dijo una voz ya conocida al otro lado de la línea-- estamos a solo cinco minutos de entrar a la atmósfera del planeta. No olvides lo planeado y procurar esconder lo mas posible tu ki.
Ruedo los ojos fastidiado-- Si ya lo sé idiota, aunque sigo insistiendo en que eso no servirá de nada.
-- Deverias tener más respeto, no olvides con quien estas hablando.
-- Si Vegeta, me da igual quien seas, solo déjame de repetir las cosas como si fuera un crío.
-- Pues últimamente has andado distraído y no prestas atención a lo que te dicen, así que sí, te estas pareciendo a un crío.
-- Solo déjame en paz que ya estamos por llegar. --Apagué el comunicador y resople con fastidio.
Era hora de alejar mi mente de todo aquello que me abrumaba y concentrarme en lo que era verdaderamente importante.
Mi venganza.
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Dolor © ~Gochi~
RandomDolor. Era lo único que sentía desde aquel fatídico día en que un demonio de otro mundo le había arrebatado lo que más amaba en la vida. Porque eso era él para ella. Un demonio. Lo odiaba. Lo odiaba por arrebatarle a su familia. Lo odiaba por arreba...