"El pasado nos limita, pero el futuro nos atemoriza. El único lugar seguro es el presente"
-- Isaac López.
·Kakarotto·
El sordo sonido del látigo hace eco entre las paredes blancas, donde en algunas se logra distinguir manchas y salpicaduras de sangre ya seca.
Un alarido de dolor abandona mis labios al sentir como otra herida es abierta en mi espalda.
No lo soporto, es agonizante, arde, duele...
Duele mucho.
Sollozo en silencio, mis brazos tiemblan ante la fuerza que ejerzo al apoyarme contra el suelo, mis piernas amenazan con ceder, pero debo ser fuerte, tengo que soportarlo.
Aprieto los ojos y un gemido dolorido se escapa de mi garganta al sentir el otro azote.
-- Ya basta.
La voz débil, pero firme, de mi padre detiene los latigazos. Él está frente a mi, de rodillas amarrado con cadenas, ensangrentado y golpeado.
-- ¿Que has dicho?
Resuena la voz afeminada y burlona del maldito desgraciado de Zarbon en la habitación, burlándose.
-- Ya para --vuelve a suplicar mi padre-- detente, por favor, no le hagas más daño --jadea, esta débil y cansado, no quiero imaginar todo lo que esos malditos mal nacidos le han hecho-- por favor, te lo ruego, deja a mi hijo en paz.
-- Ahhhh.
Caigo al suelo agonizando, el maldito puto ha puesto su pie en mi espalda, humillando y lastimandome aún más.
-- ¡¡YA PARA!!
La voz de mi padre se rompe al gritar, no hago mas que quejarme, mi garganta duele por tanto gritar, la vista se me vuelve borrosa, siento que todo a mi alrededor da vueltas.
El sonido seco de un golpe se hace presente, y con eso sé que lo han vuelto a golpear. Kaio-Shin, si de verdad existes, por favor, has que esta tortura acabe de una vez por todas.
-- Zarbon, ya basta, creo que ha sido suficiente.
La tranquilidad y diversión mezcladas en el tono de su voz me enferma.
-- Como usted ordene, Lord Frizeer. --inmediatamente quita su pie de mi espalda.
Al parecer es verdad, el supremo Kaio ha escuchado mi súplica.
-- Dodoria, has el favor y lleva al chico a su celda.
-- Como usted ordene, Lord Frizeer.
Malditas ratas sumisas.
Siento como la horrorosa masa rosa me levanta y lleva sobre su hombro, apenas y consigo ver a mi padre que me observa con un semblante que no logro descifrar.
Perdón~
Es lo que murmuran sus labios antes de desaparecer de mi visión.
Dodoria me lleva por unos oscuros y andrajosos pasillos hasta llegar a los calabozos y arrojarme sin ningún tipo de piedad dentro de uno de ellos. Levanto la vista débil para verlo.
-- Que disfruten la compañía --dice y luego se da la vuelta por donde me trajo, riendo.
Yo hago un intento de levantarme pero mis extremidades se debilitan y caigo.
-- Ahh.
-- N-no deberías esforzarte --dirijo la mirada a quien sea que haya hablado-- solo, te arás, mas daño. --habló pausadamente, jadeando.
Su rostro lleno de arañazos y sangre, la armadura destrozada y una profunda herida en su brazo izquierdo goteando sangre. Al parecer no soy el único al que han torturado y pisoteado el honor. Le sonrío levemente, él cierra sus ojos y descansa su cabeza contra la pared, y no me doy cuenta de quien es hasta que observo la insignia en lo que le queda de armadura a su traje.
El Príncipe...
-- Alteza...
-- Juro que los mataré a todos --interrumpe, habla con la voz débil, pero resentida y con odio-- los mataré a todos, de la manera mas horrible inimaginable.
Sonrío levemente, el dolor en mi suerpo se hace mas fuerte, toso y escupo, sangre.
-- No dude en contar con mi ayuda. --él me sonríe débilmente.
-- ¿Y que edad tienes, mocoso?
-- Diez lunas plateadas*. --respondo, jadeante y cansado.
-- Solo eres un niño, ¿Qué fue lo que hiciste para merecer esta paliza?
-- Nada, me han hecho esto solo para hacer sufrir a mi padre.
Con dolor consigo incorporarme hasta sentarme, no tengo de qué apoyarme y tampoco puedo hacerlo, este lugar tan mugroso solo hará que consiga una infección que agrave más las heridas.
-- Valla, eso si que es cruel, tú padre debió hacer enojar mucho al maldito lagarto afeminado ese.
-- ¿A cual de tantos? --a pesar del dolor él Príncipe y yo conseguimos emitir una risa por lo dicho.
-- Ay niño, algún día conseguiremos nuestra venganza, eso es seguro. Los mataré, y solo después de ello, podré encontrar la paz.
-- Ya somos dos su Majestad. --la comisura de sus labios se levanta, dandome una sonrisa torcida.
-- ¿Cómo te llamas, mocoso?
-- Kakarotto.
📌Dato curioso: La Luna plateada.
Es un termino que usan los Sayayines al referirse a los años, puesto que la luna plateada es un fenómeno de su planeta que ocurre una vez al año donde la luz de la luna es mas intensa.
En este caso, Kakarotto a dicho que tenia diez lunas plateadas de edad, porque son la cantidad de lunas que ha visto en lo que lleva de vida. Si le sumamos los tres años en los que estuvo en la cámara de crianza cuando era un bebé, tendría ya la apariencia de un pre-adolescente de trece años.
Todo esto son datos creados por mi imaginación, quise explicarles esto por si llegaban a tener alguna duda al respecto y no quería que se confundieran.
Recuerden que si poseen alguna duda o tienen alguna pregunta que hacer, no duden en dejárselo en los comentarios.
Sin mas que decir, Bye.
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Dolor © ~Gochi~
RandomDolor. Era lo único que sentía desde aquel fatídico día en que un demonio de otro mundo le había arrebatado lo que más amaba en la vida. Porque eso era él para ella. Un demonio. Lo odiaba. Lo odiaba por arrebatarle a su familia. Lo odiaba por arreba...