LATIN BLOOD - ELITE [descontinuada]

chapter eighteen

OLIVIA OBSERVÓ CON ATENCIÓN A LA DIRECTORA, la madre de Ander, que se encontraba para al frente de la clase tratando de tranquilizar a Guzmán.

— La herida que ha dejado en todos nosotros la muerte de Marina tardará mucho en cicatrizar, necesito vuestra ayuda para conseguirlo, la de todos. —la morena apretó sus labios con fuerza al ver que la directora caminaba hacia el banco en el que Guzmán se encontraba sentado.— No puedo ni imaginar por lo que estás pasando.

— No, no puedes. Ahora imagínate que tuvieras que cruzarte en los pasillos con el culpable de todo ese dolor.

La latina al oir aquellas palabras arrugó su nariz ligeramente, en desacuerdo con las palabras del rubio sin embargo decidió no decir nada porque sabía que sólo traería más problemas. Polo, a su lado, colocó su mano sobre el muslo de la muchacha dándole un ligero apretón imaginando lo que pasaba por su mente en aquellos momentos.

— Samuel no es el culpable de nada.

— Si Samuel no hubiera entrado en este colegio,  si Samuel y su puto hermano se hubieran quedado en el pueblo donde pertenecen, nada de esto habría pasado.

— Fué tu padre quien les concedió la beca.

— Y tú se la has renovado, ¿Por qué?

— Es un buen estudiante, no sería justo.

— ¿Justo? —con aquella simple palabra Olivia pudo ver la tempestad que se había desatado en Guzmán, invadido por la ira el español se había levantado de su asiento encarando a la directora.— Marina está muerta, mi hermana está... Muerta, con 16 años. ¿Eso te parece justo?

— No voy a discutir esto contigo.

El muchacho frunció el ceño y dando media vuelta se dirigió al resto de la clase.— ¡A partir de ahora,  si habláis con el puto camarero, para mí estáis muertos! Es él o yo.

— ¿Que mierda te sucede Guzmán? ¿Acaso crees que estamos dentro de la mafia italiana? ¿Que formamos parte de una guerra con bandos? Tu hermana murió y comprendo el dolor por el que estás pasando pero eso no te el derecho de ser un completo estúpido, necesitas a tus amigos y lo único que haces desde que regresaste es mantenerlos lejos de tí. Ten bien en claro que eres tú mismo quien los está mandando a ese supuesto bando enemigo del que tanto hablas. —dejando caer sus manos de golpe sobre el escritorio que compartía con Polo, Olivia observó a Guzmán atentamente.— Nadie aquí tiene la culpa de lo que le ocurrió a tu hermana, deja de descargar tu ira con las personas que sólo tratan de ayudar imbécil.