Nubes grises

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❤️

- ¡No hay excusas! Le dí tres días, ese envío debió estar contemplado en los inventarios... - de verdad que deseaba ser paciente, pero su error estaba atrasando los envíos que debían realizarse en los próximos días a los nuevos accionistas. En parte era mi culpa por ser tan codescendiente.

Estaba por recordarle a su progenitora cuando Ana inrrumpio salvando su cuello.

- Son, lamento interrumpir. Es una emergencia. - Ana ya no era mi asistente, imagino que al escuchar mi voz en alto la hizo intervinir.

- Asegurese de tener lo que quiero mañana a primera hora... - agregué furioso - Ahh!! Le anticipo Señor Tao que cualquier error ocurrido nuevamente no es aceptable... - el pequeño hombre estaba apunto de agregar algo y no pudo al ser censurado por mi voz - ...culpar a su equipo de nada le servira, usted estás a cargo, le he dado múltiples oportunidades y está es la última. -levanté la mano mostrando la puerta.

Ana se hizo a un lado.

Salió rojo como tomate, se que me excedí, me sentía estresado, llevaba toda la mañana pensando que debía hacer para convencer a Pin de cambiar de desición.

Estaba claro que el sexo no era un chantaje viable para mí. No podíamos estar sin tocarnos, nuestros cuerpos se buscaban con desesperación cada noche y durante el día, ocurría lo mismo, nos dábamos tiempo para vernos y estar pendiente el uno del otro.

Ana me saco de mis pensamientos.

- Vicki acaba de llamarme. - me quite los lentes dando un gran suspiro. Sonreí al contestar.

- ¿Y eso? Mi chiquitín me necesita...

- Son, ese lado tierno de ti no lo conocía.

- Mmm!! Lo sé, estoy en la luna ahora. - giré sobre mi silla sonriendo de oreja a oreja.

- Espero que sigas igual cuando te diga que una Italiana está en la resección del CEO esperando ser atendida - detuve mi giro.

- ¿Y eso? ¿quién es?

- Vicki dijo que la señorita se presentó como Olivia Moretti de Luca - me tranquilice.

- Ahhh!! Es la ex de Earth, dile a Vicki que la lleve con con él. - Ana cambio su semblante.

- ¿Ella es su ex esposa?

- Si. Anda, ¿que esperas?

- Nada... - no se movía seguía en el mismo lugar

- Ana, ¿qué pasa?

- Lo que pasa es que ella no vino a verlo a él, sinó al CEO, dijo que es una amiga íntima.

- ¡Eso no puede ser cierto! - me levanté de mi asiento para ponerme mi sacó.

- ¿Qué hacemos?

- Dile que la anuncie, voy enseguida a presidencia. - ¿qué demonios tenía que ver esa mujer con Pin?

Una vez en presidencia Vicki me hizo señas, ella ya había entrado.

Me acerqué a la puerta.

Escuche hasta donde mi paciencia llegó, que no fue mucha. Esa mujer ya había hablado suficiente y en el pasado nunca respondí, hoy es diferente. Pin es mío.

Destino su madre y todos sus parientes, ¡que se a creído!.

Entré, admito que ver a Pin sonreír me hizo rabiar aventando la puerta, olvidando cualquier rastro de modales.

Ella no estaba cooperando, se atrevió a llamarme gato, eso no fue lo que me molestó fue su acción, al sentarse pude ver hasta su espina dorsal y era obvio que Pin también. Nunca he sido grocero con una dama, ya que ella no lo era por que debía contenerme.

Kilómetros de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora