Coronar

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❤️



Mi cabeza daba vuelta, Pin no me estaba dejando tranquilo y yo no tenía más argumentos para esquivar sus acciones. Era tan seductor notarlo como todo un acosador sobre mí, dolía el alma tener que negar mis propios deseos.

Fue capaz de seguirme hasta un restaurante con un cliente, tenía miedo que hiciera lo mismo que hizo con Two, durante la comida no encontraba forma de esquivar las palabras de mi cliente, iba a decir que estaba casado, entonces escuché la risa de Pin y enfurecí.

Estaba disfrutando mi bochorno de lo lindo.

Como pude me deshice de mi cliente y Pin entro en acción con su cara de burla, verlo de esa forma fue algo nuevo, Pin había cambiado en muchos aspectos no solo físicamente, aunque seguía guardando un toque de cordialidad su ahora escasa paciencia lo llevaba a perder los estribos convirtiéndose en sádico y malisioso. En parte se que es mi culpa, él había pasado muchas cosas solo, no dudó que esté muy dolido conmigo por abandonarlo.

Nunca podré explicarle que lo hice pensando en él y su bienestar, porque ni yo me siento capaz de justificar mi conducta.

Al llegar a casa después de su violento beso entre directo a la regadera, una vez que el agua templada tocó mi cuerpo rígido, lloré de frustración, el dolor físico no se comparaba al dolor que traía clavado en el corazón, sangraba tanto que a veces dormía esperando que el tiempo regrese los días donde Pin y yo éramos felices, a dónde nuestra única preocupación era comernos a besos y devorarnos en caricias, donde nuestro amor era nuestro único destino.

Las cosas no suceden como nosotros deseamos, la mayor parte del tiempo vivimos en una realidad que apesta y duele, se que me castigo solo y que podría ser diferente si yo quiero. El riesgo es mucho para que quiera correrlo, él debe regresar a su vida y si tengo que ser cruel para conseguirlo no lo pensaré dos veces.

De pronto Pin desapareció, no lo veía frente a la oficina como siempre ni había vuelto a seguirme, cuatro días pasaron, di por hecho que lo había cansado lo suficiente para darse por vencido, fue lo mejor.

Al llegar a casa me sorprendió que todo estuviera en completo silencio, parecía que hasta mi vecino había entendido que el volumen alto no es bueno para nadie, su ventana estaba abierta y un telescopio se notaba, las noches habían estado muy nubladas como para observar estrellas.

Un hecho más que confirma que mi vecino estaba un poco loco.

Deje de mirar cuando la cortina se movió, me asusta que piense que lo juzgó, nunca he tenido problemas con nadie y no iba a empezar ahora con una persona que ni siquiera conozco y que además me cae mal sin tener culpa de ese hecho. Suspiré caminando a mi casa, el día había sido pesado y lo único que me apetecía era comer una sopa de microondas y un litro de helado napolitano sin remordimientos.

Cuando llegue a la puerta un rico olor me desconcentró. ¡No podía creerlo!

Ahí estaba como todo un dios dentro de la cocina, Pin era el unico hombre que podía verse endiabladamente provocador en un delantal de cocina, volteó a mirarme con una sonrisa de bienvenida que atravesó por millonésima vez mi corazón...

"Perdoname por lo que voy hacer amor, es por tu bien"

- ¿Quién diablos te dejo entrar a mi casa?

- ¡Tú! - me crucé de brazos para no hacerle notar mi temblor.

- ¿Cuándo?

- Dejar la llave debajo de una maceta no es muy recomendable Precioso... - caminé directo a la barra que dividía mi cocina del comedor, toqué mi frente buscando las palabras indicadas para él.

Kilómetros de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora