Segundo Encuentro

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Aprovechando la distracción de Sasuke, Saito tomó a Sakura en brazos para llevársela lejos de ahí, lo más rápido pudo. Sin embargo, cuando se detuvieron, el cuerpo de Sakura temblaba; no se movía o emitía sonido alguno. La coloco con mucho cuidado en el suelo y la examinó  preocupado.
          - ¿Hime-sama, se encuentra bien? – preguntó Ryu, inclinándose hacia ella.
Sakura estaba completamente blanca y las manos pegadas a la boca.
          - Eh, no te preocupes Ryu – respondió, antes de volver a sentirse enferma.
Ryu miró a Saito con desaprobación, y al notarlo, Sakura se apresuró a componerse con algo de chakra.

Ryu miró a Saito con desaprobación, y al notarlo, Sakura se apresuró a componerse con algo de chakra

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          - En verdad estoy bien – dijo en tono tranquilizador -. Es solo que me tomó por sorpresa. Saito-Kun, eres muy veloz – sonrió.
          - Lo siento – se disculpó Saito -. Se me olvido por un momento la fragilidad de los humanos.
          - Iie. Saito-kun no te preocupes por eso... – respondió Sakura poniéndose de pie, lo que hizo que se volviera a marear.
          - ¡Se esta volviendo a sentir enferma! – exclamó Ryu.
Inmediatamente, Saito volvió a tomarla en brazos y la condujo hacia el interior del lugar. Sakura estuvo a punto de protestar por ese acto tan vergonzoso, pero el movimiento la forzó a llevar nuevamente sus manos a la boca, y, resignada, se dejo llevar por él. Cuando abrió los ojos, se dio cuenta de que se hallaban en su apartamento.
Una vez que la dejó con cuidado sobre el sillón, Saito desapareció y volvió a aparecer en un abrir y cerrar de ojos frente a ella con un vaso de agua; la sorpresa hizo que Sakura pegara un respingo; atónita, tomo el vaso de agua que Saito le ofrecía, y bebió ansiosamente para después, volver a pasar algo de chakra sobre su estómago y cabeza, mientras ambos la observaban en silencio.
          - Ya estoy mucho mejor – declaró al cabo de un minuto -. Saito-kun ¿Qué tan rápido pueden moverse? – preguntó entonces, curiosa.
Saito sonrió.
          - Bueno, eso depende de cada especie. Pero como podrá notar, nuestra velocidad es mucho mayor a la de los humanos - respondió, y cerró los ojos con un gesto nostálgico -. Pero no debe de preocuparse por eso, lo sabrá todo en cuanto recupere sus recuerdos.
          - ¿No me dijiste que iban a responder a mis preguntas? - preguntó, en tono de puchero -. La verdad es, que todavía no se que pensar... Me siento algo desorientada y confundida. Por eso...
          - Es completamente normal – dijo Sito -. Pero como ya le dije, no hará falta nada de eso una vez que logre recordar todo.
Sin embargo, al ver que su respuesta no parecía agradarle y que, por el contrario, no había hecho mas que aumentar su angustia, decidió que no había nada de malo en responder a algunas de sus dudas sin importar cuan innecesario fuera mas adelante.
          -  Supongo que mientras esperamos a los demás, podemos aliviar un poco su confusión - suspiró -. Hime-sama ¿Qué preguntas le gustaría hacer?
Los ojos de Sakura se apaciguaron, se enderezó sobre su asiento y comenzó a durar. Sus ojos vagaron de un lado hacia otro mientras trataba de esclarecer sus pensamientos, pues los eventos que la llevaron a su situación actual se habían desarrollado demasiado rápido, y su mente era un caos; del mismo modo, el torrente de emociones que había experimentado durante ese día la tenían exhausta, y la noticia de que Sasuke volvería a irse, seguido de su actual enfrentamiento la terminaron por descontrolar, asi que, a pesar de que Saito iba a responder a sus preguntas, de pronto no supo ni por donde empezar.
Si Saito no la hubiera sacado de ahí cuando lo hizo, no sabia que cosa podría haber llegado a ocurrir, seguramente, Sasuke iba a pronunciar aquellas palabras que no quería escuchar.
          - Esa explosión... - susurró sorprendida, al recordar aquel evento; pues antes de que hubiera tenido la oportunidad de reaccionar apropiadamente al hecho y aprovechando la distracción de Sasuke, fue sorprendida por Saito y la velocidad con la que la tomo en sus brazos y huyó de ahí, arrebatándole de golpe todos sus pensamientos. 
          - Esa explosión fue provocada por uno de nosotros a modo de distracción – dijo Saito -. Pero no tiene de que preocuparse, ningún humano resultó herido.
          - ¿Distracción?
Saito asintió.
          - El propósito era llamar la atención de los humanos para que los demás pudieran moverse libremente y aniquilar a los grises sin que estos interfirieran o se expusieran a algún peligro.
          - Los grises...  ¿Aquellos monstruos?
          - So – dijo Ryu, quien hasta ese momento había estado curioseando por el lugar -. Hime-sama, así es como le dije que nosotros los llamamos ¿no es así?
Sakura asintió.
          - Pero, Sasuke-kun y Naruto..., ellos probablemente vengan... - jadeó.
          - Eso es improbable – interrumpió Saito -. Seguramente ellos piensan que tratamos de llevárnosla lejos de aquí. Venir a su hogar...
          - Entiendo... – asintió Sakura - Tienes razón.
Haber pronunciado el nombre de Sasuke, retorció repentinamente el puñal que se había incrustado en su corazón. No había nada que pudiera hacer respecto a eso. Era difícil amar y odiar al mismo tiempo, aunque tampoco estaba segura que lo odiara. 
          - (- ¿Cómo puedo odiar a alguien que he amado toda mi vida? -) se preguntó, mirando fijamente tras la ventana; y mientras por su mente pasaba todo lo que jamás iba a ser con Sasuke, deseó, muy en sus adentros, que alguien le arrancara el corazón o que por lo menos le permitieran desaparecer, para no verlo nunca más.
Ryu y Saito la observaban en silencio. Nuevamente, el rostro de Sakura estaba marcado de una profunda tristeza que se reflejaba en el vacío de sus ojos. 
Ryu volvió a preocuparse pero no dijo nada, ya que le había prometido mantener el secreto de lo ocurrido en el hospital, aunque solo fuera lo referente al estado en que la encontró, pues realmente, no sabia que podía haber ocurrido que fuera tan importante como para descomponerla de esa manera, y, buscando alguna manera de confortarla, se sentó a su lado y reclino su cuerpo contra el suyo, pero Sakura, tan perdida que estaba dentro de sus pensamientos, ni siquiera lo notó.

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