Capitulo 1 - Un nuevo trabajo

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—Por favor, toma algo de sopa —Misaki suplicaba a su hermano que permanecía tendido en la cama.

—No quiero, por favor no insistas.

—Pero si no comes no vas a recuperarte.

Su hermano no respondió. Permanecía con la mirada perdida y el corazón muerto. El pequeño Misaki luchaba incansablemente para sacarlo de su estado, viendo con desespero y terror como su hermano se iba lentamente.

Si mueres quedaré completamente solo en el mundo.

Debido a un muy infortunado accidente de tráfico, sus padres murieron cuando el menor tenía apenas ocho años, quedando ambos hermanos a su suerte. En una sociedad donde los omegas apenas si tenían derechos, fue extremadamente difícil sobrevivir. Takahiro comenzó a trabajar arduamente y logró darle una buena vida durante todos estos años.

Justo antes de que Misaki pudiera ingresar a la universidad, un alfa atacó a su hermano y no conforme con eso, lo mordió marcándolo como suyo, para luego rechazarlo.

En realidad el ojiverde no entendía como sucedió aquello ni quien lo hizo, su hermano se negaba a responder preguntas o exponer la identidad de ese maldito que lo lastimó.

El rechazo de la marca fue mutuo y por eso su hermano pasó semanas enteras internado en el hospital, navegando entre la vida y la muerte. Los ahorros de todo su trabajo se fueron como agua entre sus dedos. El pequeño apartamento que el mayor compró con tanto esfuerzo, fue vendido para pagar las cuentas y por eso ahora vivían en un lugar de mala muerte, en donde los veranos eran demasiado calientes y el infierno muy frio.

Ese pequeño hueco que se convirtió en su hogar, era solo una habitación con cocina y un baño. Una vieja sabana colgada de una cuerda atada a la pared, era lo único que separaba la cama donde dormita Takahiro del resto del lugar.

El menor no podía hacer nada más para darle privacidad.

Fueron meses increíblemente duros, Misaki tuvo que trabajar lavando pisos, platos, de mandadero o cualquier cosa que le permitiera alimentar a su hermano. Pero ganaba demasiado poco. Sus ingresos se iban en la renta y comida que constaba básicamente en arroz y sopa de pollo. No se confundan, el único trozo de carne que se veía en el plato era el que se usaba para darle sabor a la sopa y era el que siempre le daba a su hermano.

Misaki hace mucho que no sabía lo que era comerse un buen trozo de carne.

La mayoría de las personas se negaban a darle empleo primero por ser omega y segundo, por ser menor de edad.

Lo último se solucionó ese mismo día, pues era su cumpleaños número 18 y al día siguiente ya tenía una entrevista de trabajo en una de las más importantes empresas de todo Japón. Sin embargo quedaba el hecho de ser omega. Y para eso también encontró una alternativa.

Existía una droga que inyectaban a los omegas, la cual no solo servía para evitar que su celo llegara, sino también para ocultar su olor y de esa manera pasar por betas. Esto no solo ayudaba a obtener mejores trabajos, sino que también evitaba muchos casos de violaciones de omegas. Era una droga muy efectiva y segura pero también tremendamente costosa.

Para poder comprar la inyección junto con la medicina de su hermano, tuvo que vender lo poco de valor que le quedaba: Sus únicos trajes buenos y su celular. Ya no tenía nada más y si no conseguía ese trabajo terminarían en la calle muriendo de hambre.

Misaki se puso de pie demasiado triste para permanecer cerca de su hermano. Se llevó su humilde plato con sopa para dejarlo en la cocina y se sentó a llorar.

Hermano, no quiero que mueras.

Sus sollozos fueron sofocados por sus manos, pese al gran intento por no hacer ruido, Takahiro escuchaba con lágrimas en sus ojos. Estaba luchando contra la tristeza inexplicable que sentía, pero era tremendamente difícil. No solo era el dolor que causó su marca por tanto tiempo, era esa sensación de soledad y abandono que lo embargaba cada minuto del día.

UN OMEGA TIERNO PARA UN VIOLENTO ALFADonde viven las historias. Descúbrelo ahora