Ligado

969 56 14
                                    

No sé cómo sentirme, es cierto que estos días he estado más susceptible que otros días, el por qué, no lo sé. Mi amo esta molesto conmigo, no he querido comer como es debido, pero ni ánimos tengo, solo quiero dormir o estar en cama, leyendo o abrazar mi almohada sin hacer nada.

Pero eso a él no le ha gustado. Llevo cerca de diez días así, quiere acariciarme y mimarme pero todos estos días lo he rechazado, entiendo que como Sumiso debo obedecer pero simplemente estos días no soy yo.

-¿Por qué me hace esto daddy...?
-Tengo que recordarte quién soy y quién manda.
-... No necesito de esto para saber y entender que siempre has mandado tú, que tú eres mi Dominante... No quiero esto.
-Ves como debo recordarte que yo soy el Dominante, que yo mando, que yo digo cuando y a qué hora.
-... Lo siento...
-Deja de moverte, que te vas a lastimar.

Puchereo tratando de acomodarme. Estoy desnudo en la cama una pierna la tengo suelta y estirada, la otra... La otra atada, es incómodo, dos sogas me atan una con mi pierna y mi muslo flexionadas en ángulo y la otra con mi brazo y mi pierna, por lo que no puedo moverme ni estirarme, si lo hago la soga me comienza a raspar, si sigo así seguro me cortará.

Mi amo se pasea por la habitación sacando el lubricante, un dildo, unas pastillas y un aceite, cualquier otro día, me estremecería y estaría deseando tenerlo dentro, pero hoy no y no es él el problema sino yo, mi deseo sexual es una mierda.

Por unos minutos lo pierdo de vista, sé que está en el baño, pero no logró saber qué es lo que hace, por qué tarda tanto, la calefacción está puesta y sólo por eso es que no siento frío, pero quisiera ponerme la ropa e irme a dormir.

Sale del baño con su bata negra de satín, la cinta medio atada, su pecho a la vista, hace mucho que no sé la ponía, me gusta mi amo, puedo oler su loción, la fragancia que tanto me gusta, camina sereno hacia la cama donde me encuentro, mis nervios comienzan a encenderse, no sé qué se propone, mira la cama y dirijo mi vista hacia el mismo lugar, el aceite.

Lo toma, vierte un poco en sus manos y las frota, cierro un segundo mis ojos anticipando lo que hará, sé abre la bata quitando la cinta y ondea su bata hacia atrás para poder subirse sobre mí a horcadas, su miembro no está erecto pero sin duda sé que es de buen tamaño y todo lo que logra hacer, trago saliva, tratando de controlarme.

Masajea mis pezones, poniendo igual atención en ambos, no me mira a los ojos, se enfoca en mi cuerpo, se relame los labios y yo me enfocó en decirle a mi cuerpo que no reaccione.

La posición que tenemos es incómoda para mí, ya que por la manera que estoy atado quisiera estirarme, intentar bajarlo de mí, pero con una sola mano es difícil, y aunque sólo está sobre mi pierna suelta, sentir su piel tan cerca de mi miembro, hace mi lucha mucho más difícil.

Me acaricia el cuerpo, sus manos se deslizan fácilmente sobre mi piel por la ayuda del aceite, toma una pastilla de la pequeña caja y se la mete a la boca, la chupa unos segundos y baja su cuerpo, quedando más en la cama que en mí, se inclina y chupa mi miembro, juega con la pastilla chupando mi miembro y se lo saca, me observa y a los pocos segundos puedo sentir la frescura que deja al alejarse de mí, se siente muy bien, intento volver a soltarme pero es imposible.

- No tienes permitido moverte.
-... por favor...
-Ni hablar.
-...

Ésta prueba será dura, mi amo no me está mimando como en días anteriores, no. Está en su papel de Dominante.
Vuelve a chupar mi miembro jugando con aquella pastilla mentolada, que me hace tomarle con fuerza el cabello, por una parte quiero que me suelte, que me deje en paz, pero por otra mi cuerpo empieza a reaccionar, vuelve a recordar lo bien que se sientes sus caricias, lo capaz que es de volverme loco, lo ágil que es para hacerme perder el control de mi cuerpo.

Un jadeo sale de mi boca, se incorpora provocando un "pop" al dejar de chupar mi miembro, siento una satisfacción plena cuando deja de chupar, pero el frío que siento, me obliga a desear que me vuelva a chupar, me gira unos treinta grados y me da un fuerte azote en mi nalga, uno realmente fuerte, otro jadeo sale de mi boca y me vuelve a dar otro, cierro y aprieto mis labios.

-Dije que sin hablar.

Lo dice autoritario, cierro mis ojos y me regresa a la posición anterior, mi pierna se ha empezado a entumir, al regresar mi nalga a la cama me ha ardido, pero presionó más fuerte los labios para que no salga sonido alguno.

Toma el lubricante y lo veo suplicante, niego con la cabeza, me mira serio, sé que está molesto conmigo por la actitud que he tenido durante todos estos días, me siento castigado.

Toma un poco de lubricante y se lo pone en los dedos, los dirige a mi entrada y mete el primer dedo, mi cuerpo reacciona con un pequeño espasmo, que provoca que mi cuerpo se mueva y me lastime un poco más la soga.

-...daddy...

Lo digo apenas en un susurro, pero mi amo me ha escuchado, saca su dedo de mi entrada, me gira nuevamente y me da otro azote, todavía más fuerte que el anterior. Me ha dolido, sollozo un poco, me cubro la boca con mi mano suelta y balbuceo, aunque sé que me escucha y entiende.

- ¿¡No vas a entender!?

- Por favor me portaré bien. Sólo quite la soga.

Me mira unos segundos, y suelta ambas sogas, me quejo del dolor, me abre con seguridad y firmeza las piernas, me sobo la muñeca y me cubro la boca con ambas manos.

Vuelve a meter su dedo en mi entrada, mi cuerpo sin duda está reaccionando, pero su forma de meter los dedos es agresiva, no me esta lastimado pues ha vuelto a poner lubricante, pero no es sutil ni delicado, sé tarda un rato en hacer que me dilate y siento un tormento, pues mi cerebro lucha por no sentir el placer que crece sin que yo se lo ordene.

Saca sus dedos, toma el dildo, pongo mis manos en cruz sobre mi cara, maldito sea mi cuerpo y sus ganas de ser el Sumiso que tanto amo que sea, pero algo en mí en días pasados no reaccionaba y justo hoy lo está haciendo.

Sube y baja delicadamente el dildo que me ha entrado, expande un poco más mis paredes, sigo gimoteando, mis piernas juegan una a una, queriendo parar está tortura, pues cierto peso de él sigue en mí.

Saca el dildo de forma rápida y para mí de forma ruda, que otro sollozo y gemido salen de mi boca, lo miro asustado pensando en que pueda enojarse, pero no lo hace, se quita de mí, se quita la bata, la tira al suelo y me gira quedando boca abajo, un nuevo azote, me obliga a esconder la cara en la cobija, me abre las nalgas y me embiste con fuerza, comienza su ritmo, me empiezo a perder, mi cuerpo sin duda ha reaccionado en su totalidad.

Estiro mis brazos buscando un escape, odio mi cuerpo en este momento, ¿porqué, porqué justo hoy tiene que reaccionar, porqué si en días pasados ha sido tan tierno y cariñoso no reaccionaba? Y ahora que es agresivo y duro conmigo si lo hace.
Mi único pensar es que a mi muy caprichoso cuerpo le gusta ser dominado, pero me temo que después de que termine, no habrá palabras lindas, ni caricias y eso me frustra aún más....

Lunitas!!! Gracias por la paciencia!!! Este segmento estará dividido en dos partes. Espero les haya gustado, aún no me recupero al cien, pero he intentado inspirarme y escribir, un voto, un comentario, el que compartan este u otro fic, me da ánimos para seguir escribiendo. Solo les pido que no se olviden de mí y que le den oportunidad a los otros fics por igual.

Gracias y nos leemos el viernes con "Entre mafias"

Con cariño 💜Anny💜

DominanteOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz