Ligado II

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Lunitas pueden regresar y leer Ligado 1 ya que ésta, es la continuación. Perdón por tardar en publicar esta continuación. 😉

Sus manos fuertes y firmes me toman de la cadera, mi piel sufre el maltrato, el ritmo aumenta, sé que está gozando por su forma de respirar, por su forma de sacar el aire por la boca, por cómo sus gemidos me deben excitar, sin embargo, por uno u otro motivo no logro disfrutar como quisiera y sus manos lastiman mi cuerpo.

Se acerca a mi cara, gimiendo en mi oído, me puede de todas que haga eso, saber que lo excito, saber que mi cuerpo le hace reaccionar, saber que no se reprime, que me siente, que me goza que soy yo el único en su vida, en sus pensamientos, solo yo.

Sale de mí, me gira para ponerme boca arriba, me siento cansado, física y anímicamente, pues sigo luchando sin querer por no gozar, por no disfrutar, por no sentir lo que estoy sintiendo y es entonces cuando lo miro a los ojos, su mirada me trasmite cierto dolor, pesadez, frustración y tristeza. Eso provoca que me duela el corazón, pues ahora entiendo que está sufriendo por mi culpa.

Toma mi miembro y lo bombea, juega con mi glande, se lo mete a la boca, lo chupa de una manera deliciosa y es entonces cuando cierro los ojos para poder o al menos intentar disfrutar, mi cuerpo ha reaccionado, gimo y gozo, estoy básicamente retorciéndome de placer, pero...

No logro correrme, no logro llegar al orgasmo, me mete su miembro, toca ese punto y siento que en cualquier momento podría correrme y explotar por fin, pero nada pasa.

-¿Qué es lo que esperas mi ángel? ¿Qué esperas para correrte?

Y entonces lo tomo de la mano para que se detenga, mi miembro lo siento susceptible, me siento frustrado, enojado y me rindo.

-No puedo... siento el placer, pero no logro hacerlo... conozco mi cuerpo y podremos estar horas aquí y aun así no lo lograré...

Me mira a los ojos, detiene sus embistes analizando mis palabras por varios segundos.

-Entonces el problema no eres tú, sino yo. Lo entiendo.

Mira mi cuerpo, buscando una solución. Me mira a los ojos y me da una media sonrisa muy forzada.

-Lo siento ángel, en verdad lo siento.

Sale de mí, se baja de la cama, toma su bata, se la pone, anuda la cinta, guarda todo lo que saco, va al baño y escucho la llave del lavabo, sé que está lavando el dildo, después escucho la ducha, sé que se está bañando, a los pocos minutos regresa, guarda todo en los cajones y va saliendo del cuarto.

-¿A dónde vas...?

-Prefiero dormir en el cuarto de invitados... será lo mejor para ambos.

-¿...Qué?

-Buenas noches ángel.

Sale del cuarto y me quedo impactado, es la primera vez desde que estamos juntos que no dormiría a mi lado. La frustración que tengo ahora ha cambiado a una de tristeza, me siento desolado, me levanto de la cama, el tobillo me duele, me lo miro y solo lo tengo un poco rojo, voy al baño caminando un poco lento, pero entro y me baño por completo, entre más minutos paso en la ducha, más triste me siento. Salgo, me pongo crema, desodorante, me pongo el bóxer y un pantalón ligero.

Unos minutos después estoy frente al cuarto de invitados y toco a la puerta. No espero respuesta y entro, el cuarto está a oscuras, entro con paso titubeante pues no quiero caerme, su respiración ha cambiado, era un poco más serena como cuando estás dispuesto a dormirte, ahora podría decir que es normal.

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