Traicion

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—No puede ser...—la expresión de Patan junto con la de todos era de asombro al ver quien abordaba aquel barco que apuntaba hacia nuestra isla

—Hola Hipo, ¿Me recuerdas esposo?—gritó desde su barco

—Demonios...—me quede sin palabras—Dala...

—La misma—gritó burlonamente—¿sorprendido cariño?

Me quede sin palabras no me esperaba que el origen de los ataques fuera ella.
Detrás de ella salió el jefe de su isla y aquí supe que todo era enserio.

—Anda hija dile las demandas—dijo el jefe

—No puede ser—Grito mi padre—¿Como pudiste hacerle esto a Mi Pueblo? Y a mi? Creí que éramos amigos

—Lo éramos Estoico, hasta que tú Niño mimado no quiso casarse con mi princesa, y nos enteramos de mucho—

—Si Estoico—Gritó Dala—Hipo me dirijo a ti ahora, si no quieres la guerra y la muerte de todo tu pueblo entrégame todo el oro de Berk...—hizo una pausa—y a Astrid...

—¿Astrid?—El corazón se me encogió—¿porque quieres a Astrid?

—No te hagas idiota—gritó—bien sabes

—No te vas a acercar a Astrid—grite—y mucho menos tendrás nada de nosotros

—En este momento rompemos lazos con ustedes—grito mi padre

No se escuchó ninguna voz más, solo el sonido de cañones y dragones volando sobre Berk, en ese momento la confusión y el miedo llegó a mi, los dragones tenían jinetes, no eran de nosotros no sabía porque o como era posible que existieran más jinetes.
El miedo me invadió, Dala se esfumó temí por Astrid Pero el fuego y el caos no me dejaban llegar a ella

—Hipo!—gritó Patan—Ve por Astrid yo te cubro—

Asentí

Subí a Chimuelo y volamos lo más rápido que pudimos para evitar ser vistos y cuidando que no nos sigan, entre ala casa de Astrid intentando pensar a donde llevarla, un lugar donde no la encontrarán

—Hipo—dijo Astrid medió adormilada—¿Que esta pasando?

—Nos están atacando Astrid tú tranquila te mantendré asalvo—dije mientras la cargaba y ella volvía a dormir

Mi cabeza no dejaba de dar vueltas, subí a Astrid a Chimuelo había decidido llevarla a una cueva cercana pero en el camino un jinete  enemigo nos emboscó.
Tuve miedo de que Astrid cayera de conmigo entonces decidimos escapar, abracé a Astrid con todas mis fuerzas y el único lugar cerca era mi casa, era una mala idea y sería lo más obvio pero no podía exponerla más.
Entre con ella lo más rápido que pude y la subí a mi habitación, ella aún parecía dormida por lo cual no se enteró de nada la recosté en mi cama y salí lo más rápido que pude
Cuidando que nadie me hubiera visto.
Al llegar a el centro de la aldea el humo de los cañones comenzaba a disiparse
Aún había varios ataques, mi padre cuidaba y defendía a los ciudadanos de los jinetes enemigos, el equipo A intentaban hundir los barcos hasta que de la nada empezaron a retirarse. Un gran alivio, Berk ardía en llamas. El único lugar seguro era el gran salón, yo viví con el miedo de Astrid pero aún no podía regresar pues podría delatarme que estaba ahí no fue hasta que estuvimos totalmente seguros que nadie enemigo quedaba.

Corrí hacia donde estaba Chimuelo y me subí para ir directo hacia mi casa, entre corriendo a mi cuarto pero al atravesar la puerta me detuve en seco al ver a Astrid levantada

—¿Astrid? ¿Que haces levantada?—Pregunté aún en la puerta

—Ya me siento un poco mejor, y ya no escuche ruido afuera pero igual no quise salir—Mire en sus manos unos papeles—Hipo...¿Que es esto?

—Son unas cartas—entre a el cuarto y me senté en mi cama estaba bastante lastimado con quemaduras en mi pecho así que saqué unas vendas de un cajón aún lado de mi cama

—¿Para quien son?—la habitación se quedó en silencio

—No me vas a creer quien es el responsable de los ataques—cambie de tema

—Mmm no lo sé, dime para quien son estas cartas, ¿son para mi?

—Si...—confesé—las escribí antes bueno cuando me iba a casar

—Wow...¿y porque nunca me las entregaste?

—Planeaba hacerlo hasta que ya me fuera de aquí

—¿Iba a ser un poco tarde no?—Astrid se sentó a un lado mío

—Jajaja, más vale tarde que nunca...pero me da vergüenza que las leas—

—Tranquilo, son muy lindas—agacho su cabeza—¿Bueno entonces dime quien está haciéndonos esto?—dijo mientras me vendaba el brazo en donde tenía una quemada muy grande

—Dala...—me queje un poco

—Wow Dala? Sabía que estaba loca

—Oyeee me iba a casar con ella—bromeé

—¿Tomas muy malas decisiones te das cuenta?—Astrid se rio

—Y eso no es lo peor de todo, resulta que no solo quiere destruir Berk
También quiere su oro y bueno....

—Bueno?

—A ti

—Enserio está idiota si cree que podrá secuestrarme o matarme o lo que sea

—Tranquila—tome su mano—no dejare que nada malo te pase

—Sabes que puedo cuidarme sola Hipo

Pov Astrid

Hipo me cuido todo el tiempo y ahora que sabía que una loca quería matarme y peor tener El Oro de Berk no podía quedarme más en cama.
Yo sabía que había algo mal en ella pero no quise ser prejuiciosa.

Después decidimos ir todos al gran salón en donde estaba reunido todo el pueblo intentando decidir cómo avanzaríamos en esta nueva guerra que se avecinaba

—Estoico!—grite a lo lejos al ver al jefe

—Oh Astrid—me abrazo—estoy tan feliz que ya estes mejor

—Gracias jefe pero con la noticia que la ex futura jefa nos está atacando—dije sarcásticamente

—Lo se es demasiado y eso no es lo peor

—¿Que pasa papá?—dijo Hipo

—Nos enteramos con algunos rehenes que logró capturar el equipo A que las Armas que están usando son Berserker

—¿Berserker?—dijo Brutacio uniéndose ala plática

—Entonces, ¿Heather nos traiciono?—dijo Brutilda

—Claro que no, ella nunca haría eso—Grito Patapez

—Tranquilos no vamos a hacer conjeturas ahorita, tenemos que hablar con ella y con Dagur—Hablo fuerte Hipo para evitar una pelea

—Perfecto salimos mañana—complete

—Tú no vas a ningún lado—hipo me miro como regañándome a lo cual yo no hice caso

—Hipo una loca quiere matarme, quiero defenderme, ya estoy bien—

—aparte yo voy a cuidarte—dijo Patan a lo cual solo respondí con un golpe en el estómago

—Defintivamente ya está bien—dijo retorciéndose en el piso de dolor

Después de ese momento recibí varios alagos y felicitaciones de que estába bien
El día de mañana sería un día de planeación.
Una nueva guerra de avecinaba

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Hola amigosssss
Perdón por la tardanza
Los quierooo

Alguno adivinó que fue Hipo el de las cartas?

Eres tú | Hiccstrid-TERMINADA Where stories live. Discover now