Capítulo Uno

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Anahí sentía como si su corazón fuera a estallar en su pecho.

Había investigado el lugar donde se dirigía, pero obtuvo poca información. Fue una sorpresa darse cuenta que su prima, casi hermana, trabajaba en lo que técnicamente era una fortaleza.

Anahí había permanecido casi 7 años por fuera de su país natal: Estados Unidos, dejando la poca familia que tenía para seguir con su trabajo de asistente social y voluntariado con ONU. La mayoría del tiempo se la pasaba viajando a países tercermundista o en conflicto.

Cuando recibió un correo de su prima, fue como una señal del cielo.

Ahora se encontraba a unos minutos de estar a salvó por un mes con las Nuevas Especies, con las que trabajaba su prima, mientras trazaba su plan de huida.

—Llegamos. —Anunció el hombre que la había recogido en el aeropuerto.

Anahí sólo asintió y miró por la ventana. Unos muros, de por lo menos 10 metros, la recibieron. Esos muros le dieron un poco de seguridad, nadie sabía dónde estaba, aunque tampoco pensaba quedarse mucho tiempo en ese lugar.

El auto se detuvo después de pasar la primera puerta. El conductor le dijo que tenía que ser requisada y ella sonrió ocultando su nerviosismo.

Al bajarse del auto vio como una mujer salió de la caseta de seguridad. Era demasiado alta y musculosa, parecida a una atleta. Sus ojos eran completamente oscuros.

—Hola, humana. Soy Breeze, soy la encargada de revisarte y revisar tus cosas para que puedas entrar a La Reserva. —La mujer le sonrió.

—Yo soy Anahí Lenetti, la prima de Gina —dijo mientras la hembra Especie se acercaba y la empezaba a requisar.

Anahí estaba acostumbrada a las requisas. Casi todos los grupos insurgentes que se encontraba, la requisada y muchas veces se pasaron de la cuenta.

—Sí, escuché que venias a quedarte un tiempo. ¿Vacaciones?

La humana dudó. —Sí, un mes, y luego vuelvo al trabajo.

Cuando Breeze terminó, pasó a su bolso.

—¿No revisaras mis zapatos? —Le preguntó.

La Especie la miró.

—No, no es necesario.

Pero Anahí pudo ver la cara de extrañeza en ella.

Dos minutos después Breeze terminó de mirar la única maleta que traía. Sabía que debía de tener muchas preguntas por sus prendas, pero eran regalos, no los podía dejar. Caminó unos metros hasta pasar por una segunda reja, y al pie de ella estaba su prima junto con un hombre, o lo que ella pensó que era un hombre. Era alto, rondando el metro noventa, con una camisa sin mangas mostrando los brazos musculosos y bronceados. Tenía cabello negro recogido en una cola de caballo.

En cuanto su prima la vio, corrió hacia ella y la abrazó.

—Ann, finalmente nos vemos otra vez. —Sonaba demasiado alegre.

—Es un gusto volver a verte, Gina.

Las dos mantuvieron el abrazo por varios segundos, cuando finalmente lo rompieron, Gina presentó a la Especie.

—Ann, este es Brass. Él nos va acompañar a mi cabaña.

—Espero que disfrutes estar aquí. —La Especie le sonrió—. Me gusta tu cabello rojo.

—Gracias, yo también espero disfrutar mucho. —Anahí le devolvió la sonrisa.

Los tres se montaron en el Jeep y arrancaron en dirección a la cabaña de Gina.

Hyperion. Nuevas Especies #3Where stories live. Discover now