Amantes Nocturnos.

1.4K 57 7
                                    

Desde siempre habían sentido una conexión única, orgánica, increíble. Se habían conocido a los pocos meses de que la jefa de Scarlett le anunció por primera vez que estaba en pareja cosa que ella ya sospechaba debido a su exceso de buen humor en las últimas semanas. Scarlett se alegró, por fin alguien iba a llevarle algo de paz a esa mujer y dejaría de ser tan ridículamente demandante. No pidió demasiados detalles, para empezar porque no le interesaba y además era su jefa así que tampoco le correspondía saber. El día que lo conoció, Scarlett no tardó en entender el por qué alguien se enamoraría de aquel hombre. Para empezar, si no le aclaraban que era un super empresario, habría apostado que era modelo. Chris Tolland era demasiado encantador para ser real, ni siquiera creía que ese tipo de hombre existía de verdad. Pero no era solo lo de afuera sino el hecho de que siempre estaba distendido, de buen humor, hacía un gran manejo del sarcasmo que a Scarlett la volvía loca. Le agradeció a la vida por solo verlo un par de minutos por día, de otra forma se hubiera enamorado al instante.

El problema surgió una tarde que no dejaba de llover en la ciudad de Nueva York. -Scarlett, a partir de mañana vas a tener una nueva persona que te ordene, me ofrecieron hacer guardia por las noches por un sueldo magnífico así que sin dudar acepté.- A pesar de que siempre se mostraba rígida, sabía que en el fondo las dos se extrañarían mutuamente. Habían sido muchos años juntas.

-Me alegro por vos Susan aunque te vaya a extrañar. No creo que mi nueva jefa sea peor que vos de todas maneras.- Bromeó Scarlett y pudo ver una sonrisita en la cara de su, ahora, ex jefa.

-Sos una gran médica, ojalá que la vida nos vuelva a encontrar alguna vez.- Para qué había pronunciado esas palabras.

-Ya lo creo, hasta la próxima Susan.- Se despidieron y cada una se fue a su respectivo hogar.

Antes de las siete de la tarde Scarlett recibió una llamada de las personas que manejaban el hospital para el que trabajaba informándole que sería ella misma quien ocuparía el puesto de Susan. La rubia estaba extasiada, sin poder creerlo. Llamó a todos sus amigos y salieron a festejar a un bar de Manhattan.

Al día siguiente y con algo de resaca que por suerte era fácilmente disimulable comenzó a trabajar en su nuevo puesto. Si había algo que le apasionaba era ser médica, era la mejor decisión que había tomado en su vida y jamás se arrepentiría. Le gustaba tener más poder que antes porque podía acceder a lugares del hospital a los que antes no podía y le alegraba conocer gente nueva que ahora estarían a cargo de ella.

Unas semanas después, luego de una larga jornada de trabajo, emprendió su vuelta pero la lluvia fue un impedimento para caminar hasta su casa como a ella le gustaba. Estaba por pedir un Uber hasta que la interrumpieron.

-¿Scarlett, te alcanzo hasta tu casa?- Esa increíble voz, tan masculina que le hacía temblar las piernas.

-No Chris, no te preocupes, voy en Uber.- Él la miró con una sonrisa. Siempre la había encontrado malditamente hermosa, desde que su novia se la había presentado. Apasionada por lo que hacía, siempre se las arreglaba para hacer algún chiste. No había una persona en ese hospital que no encontrara a Scarlett Josephire caliente.

-Insisto, vamos que te llevo, no me cuesta nada.- En realidad, le costaría todo.

-Está bien.- Aceptó Scarlett sonriendo.

Se subieron al lujoso auto de Tolland mientras ella le contaba de su nuevo trabajo.- ¿Dirección?- La interrumpió el.

-865 Madison Ave.- Chris tuvo que contener su asombro cuando se dio cuenta que esa dirección era del Upper East Side.- Tranquilo, con mi sueldo no me alcanzaría ni para vivir en un pasillo de ese barrio. Es de mi familia.- Explicó Scarlett y Chris asintió.

One shots. [Chris & Scarlett]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora