Otras Mil y Una Noches

Capítulo 29

Sehrazat se despertó sintiendo los besos de Onur en su hombro. Su cuerpo comenzó a reaccionar a sus caricias y cuando pudo abrir los ojos giró la cabeza y le sonrió.

Kaan dormía del otro lado, Sehrazat estaba en medio de ambos y Onur se inclinó para besar su mejilla.

-Mmmm...- suspiró ella cuando sintió la mano de él, deslizarse por el costado de su cuerpo.

-Buenos días, mi vida...- le dijo él al oído y ella cerró los ojos al sentir el estímulo de él en su espalda baja.

-Onur...- dijo en voz baja y melosa.

-Ven...- le dijo él y se levantó y tiró de su mano.

Sehrazat se levantó y caminó tras él por el pasillo que daba a otras habitaciones que tenía la casa, que como era enorme, ella todavía no la conocía completa...

-¿Adónde vamos? - le preguntó ella con la voz medio adormilada aún.

-Quiero mostrarte algo...- dijo y abrió una puerta, al final del pasillo.

-¿Y este lugar? - dijo Sehrazat cuando vio que la habitación ya estaba decorada.

-He pensado que aunque Kaan tenga su habitación, alguna vez dormirá con nosotros... así que, como la casa tiene varias habitaciones que no usaremos, se me ocurrió que este podría ser nuestro lugar de encuentro... uno que sea solo nuestro... para cuando queramos estar a solas...

-Mmmm... como ahora... suena bien...- dijo ella y sonrió mientras él la tomaba entre sus brazos.

-Me encantaría que pudiéramos estrenar esta habitación ahora mismo...

-¿Qué nos lo impide? - dijo ella con los ojos centelleantes de interés.

-Que Kaan se despierte y nos busque...

-¿Qué hora es? - dijo y él miró hacia la mesa de noche, en donde había un reloj.

-Las 6:15...

-Todavía tenemos un buen rato para que despierte...- dijo ella con una sonrisa- además... anoche se durmió tarde, no creo que se despierte temprano hoy...

-¿Entonces?

-Entonces... estrenemos la habitación... ¿o quieres esperar a que nos casemos?

-Para eso falta... aunque fuera mañana...- dijo él y la apretó entre sus brazos mientras aspiraba el aroma de su cuello.

Ella se soltó y él la miró sin comprender. Sehrazat se quitó el camisón que llevaba puesto y él se quedó mirándola intensamente.

-¿Vienes?- le preguntó con una sonrisa, al ver que él no podía dejar de mirarla.

-Voy...- dijo él y sonrió, no sabiendo que quitarse primero, si la chaqueta o los pantalones.

Sehrazat lanzó una carcajada feliz cuando lo vio desesperado, luchando con su ropa para lograr el tan ansiado contacto piel contra piel...

Unos segundos después, se reunieron en un abrazo intenso.

-No puedo creer que hayas aceptado casarte conmigo...- le dijo él al oído haciendo un alto en las caricias y besos.

-¿Cómo podría negarme? Usaste artillería pesada para convencerme...- dijo ella con una sonrisa.

-¿Te refieres a Kaan?

-Además... y tus ojos... y todo el plan... era imposible siquiera dudarlo... además también lo quería... - le confesó ella.

-¿Ah, sí?