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Camino un par de calles antes de detenerme en un tranquilo restaurante, el cual ofrece un servicio permanente de cafetería, pero en cierto horario vespertino, brinda platillos fuertes para los comensales. Tomo una pequeña mesa en donde paso mucho tiempo, pensando en lo que me ha dicho Hank.

Todavía me tomo la molestia de pedir una deliciosa rebanada de pastel, la cual degusto con toda la calma del mundo. Estoy a punto de terminarla, cuando una llamada entra a mi teléfono. Es hasta ese momento en que me doy cuenta que no le he quitado el modo silencio al celular.

–¿En donde estás? –escucho de inmediato la voz de Chris apenas respondo.

–Comiendo –murmuro.

–¿Ya te diste cuenta de qué hora es? –me cuestiona.

–5:40pm –respondo con simpleza, pero de inmediato comprendo su punto –. ¡Lo olvidé! ¿En dónde estás? –cuestiono mientras le hago señas raras al mesero para que me traiga la cuenta. Es probable que haya palidecido porque el chico de inmediato corre a realizar mi solicitud.

–Voy de camino al show. Tuve que ir sólo a buscar mi ropa, pedir que me reenviaran las preguntas porque mi asistente desapareció y ahora voy de camino al show –explica muy molesto.

–Lo siento, ya voy para allá –le digo luego de firmar el recibo.

Chris no me responde y simplemente cuelga.

Nunca había hecho eso.

No es que yo fuera la empleada perfecta, aunque trato de llevar todo perfectamente planeado y a la orden. A pesar de eso, he tenido algunos errores, y varios han sido más grandes que el del día de hoy, y Chris siempre ha reaccionado tranquilo.

Tomo el primer taxi que puedo (literalmente, es Nueva York, necesitas suerte) y le pido que me lleve al Rockefeller Center. Le mando algunos mensajes a Chris con las preguntas y otros recordándole algunos puntos, pero sólo los lee y me ignora.

Apenas llegamos al lugar y luego de pagar, bajo corriendo mientras busco entre mis cosas mi identificación. Tardo un poco en entrar, pero apenas lo hago, corro al elevador. Ya conozco el piso, así que no es mucho problema llegar. Entro chocando con algunas cosas y personas, pero logro divisar a Chris mientras le colocan el micrófono. Me acerco con timidez.

–Hola –saludo y el actor sólo me dirige una mirada ¿triste?, pensé encontrarlo muy molesto, pero parece todo lo contrario.

–Listo, cualquier problema que tengas, no dudes en decirme –le dice el técnico y se retira.

Chris asiente y se gira hacia mí.

–Pensé que algo te había pasado –murmura, ahora sí, molesto.

–Olvidé subirle el volumen a mi teléfono y luego me distraje comiendo –le explico.

–Tienes 2 teléfonos y a ninguno respondiste, ¿qué pasa contigo? No sueles ser tan distraída, ¿tienes algún problema? –cuestiona.

"Sí, tú", pienso, pero me limito a negar con la cabeza.

–Estoy bien –reafirmo, aunque creo que lo hago más para mí, para creer que él no tiene ningún efecto sobre mí.

–Está bien, te creo –musita y acomoda un poco el saco que usa.

Escucho que lo llaman, está a punto de entrar.

–Te veré luego –dice dedicándome una pequeña, pero cálida sonrisa.

–Chris, espera –le digo deteniéndolo.

Me acerco rápidamente y le acomodo el cuello del saco que con su mismo movimiento ha doblado. Lo aliso un poco ante su atenta (y penetrante) mirada. Trato de mantener mis manos sobre la tela, pero eso no quita que su cercanía me estremezca.

Oneshots 1 [Chris Evans]Where stories live. Discover now