𝕸𝖊𝖙𝖆𝖒𝖔𝖗𝖋𝖔𝖘𝖎𝖘 // 𝑱𝒖𝒏𝒈 𝑱𝒂𝒆𝒉𝒚𝒖𝒏

• Cap. 011

Luego de haber sido nombrada por la secretaría, la pelinegra se adentro al consultorio dedicado a las muestras de fluidos. Pasados quince minutos, en los que un par de catéteres  irrumpieron en su cuerpo, obteniendo las muestras necesarias, se le fue informado que los resultados estarían listos al cabo de dos horas. La chica asintió y dio las gracias, ocultando su nerviosismo entre tales palabras dichas con seguridad y salió del consultorio, se encaminó a la ya conocida silla donde la esperaba el apuesto hombre, disponiéndose a hablar.

—Todo listo, los resultados me serán entregados en un lapso de dos horas. así que puede marcharse sin preocuparse, esperaré aquí por ellos. 

—Perfecto, esperemos juntos -cerró el libro que sostenía en manos- igual ya estoy aquí, y prometí que la acompañaría el dia de hoy.

La pelinegra no estaba al tanto de tal promesa, si bien recordaba solo acordaron, jamas se hablo sobre dicha promesa. pero dejo de dar vueltas a ese pequeño detalle y aceptó la 'insistencia' proveniente de su jefe. 

—Esta bien, gracias señor. pero me sentiria muy inquieta de saber que estará perdiendo más tiempo del debido en este sitio, cuando su agenda debe de estar repleta de asuntos mucho más importantes—. La pelinegra intentó escudarse de una buena forma, su nerviosismo. pues no podía evitar sentirse inquieta en su presencia y conocía suficiente a su jefe, como para saber que él se percatara de tal hecho y preguntaría más adelante.

—No debe preocuparse por eso. ya me he encargado de mis deberes antes de venir aquí.

Ya habían transcurrido varios minutos y el silencio en la clínica comenzaba a hacer estragos en la pelinegra, que no dejaba de mover su pierna izquierda dando pequeños golpecitos contra piso de azulejos. acción que no pasó desapercibida para el alfa a su costado. alejo nuevamente el libro que intentaba leer e invitó a la pelinegra a salir por un café o algo para matar el tiempo que aún quedaba de espera. Es así como ahora los dos se encontraban ordenando un capuchino para la pelinegra y él un americano, respectivamente. en una cafetería que se encontraba a unas cuadras de distancia del recinto.

—No debería estar tan inquieta señorita Moon. ser omega no significa tener lepra o algo parecido. -intentó bromear- pues aunque no se consideraba el hombre más humorístico, quería ayudar a disminuir el nerviosismo de su acompañante.

—Oh, lo sé señor. es solo que si de por si aún estoy acostumbrándome a la idea de el cambio de género, y que ahora puede que al abrir mi expediente en unas horas, podría enterarme de otra sorpresa como lo mencionado por mi doctor, y... -guardó silencio-

—Y... -la alentó a responder- 

—Él dijo que por el retardo de desarrollo en mis genes, podría causar algún daño en mi sistema reproductor... o ser recesiva, ¡lo que sea que eso signifique! -soltó un pequeño grito, a forma de berrinche-. Causando una sonrisa en el hombre frente a ella, que al igual que las veces anteriores se reprime por pensar que la chica era demasiado linda.

—El tema de la adopción, siempre es una opción y a lo, -hizo una pausa, pues se percató de la cara de espanto que la chica puso al escuchar lo de la adopción- de lo recesivo, no creo que sea tan malo, no estoy completamente al tanto del tema, pero he escuchado que es un 'desequilibrio' pero se puede arreglar, según tengo entendido. Aunque veo que eso es lo de menos supongo.

—No, no, todo es importante para mi. es solo que siendo chica, tengo un instinto maternal y el pensamiento de poder tener a mis propios hijos, llevarlos en mi vientre y poder sentir los latidos de su corazón, me llena de alegría -hablaba llena de añoranza y con un brillo único en su mirada-. Su acompañante la observaba en silencio y sonreía sin preocuparse de ser descubierto por la pelinegra, pues mientras ella se encontraba en su burbuja, por la cabeza de él rondaba el pensamiento de querer encontrar a una mujer que tuviera la misma alegría que su acompañante, al hablar de procrear.