Capítulo Segundo

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Aquella tarde, antes de salir de la escuela fue citada en la dirección, creyó que sería su padre que había ido por ella para ir a ver a Yokozawa, así que asistió al  lugar sin pensarlo mucho, sin embargo solo encontró a dos personas que no conocía, junto a la directora del colegio. Aquello le pareció extraño, pero se armó de valor y entró al despacho.

---Hiyo, querida, éstas personas vienen a verte para hacerte un par de preguntas, ¿te parece bien?

---pero... ¿Preguntas de qué? ¿Porqué? ¿Dónde está mi papá?

---No tienes de qué preocuparte,--- habló la chica de servicios sociales acercándose amistosamente a la pequeña, y aunque Hiyo no se sintió intimidada, si se sintió un poco incómoda ante la presencia de aquellas dos personas.

Al terminar aquella entrevista Hiyo sintió que sus ojos picaban, las preguntas que le habían hecho le parecían extrañas y en varias ocasiones se sintió invadida, quería ver a su padre, necesitaba verlo, aquellas dos personas se ofrecieron a llevarla al lugar de trabajo de su padre y aunque ella se negó en un principio, la directora del colegio no parecía muy en contra de la idea y animó a la pequeña a ir con ellos.

Camino a la editorial Hiyori parecía cada vez más ansiosa, aquello no pasó desapercibido por aquellas dos personas, cuyos nombres la castaña no recordaba y no le interesaban.

Al llegar al enorme edificio los pasos de la niña se hacían cada vez más rápidos, tanto, que a ambos adultos les costó trabajo alcanzarla antes de que el ascensor cerrara, a su parecer la niña conocía perfectamente bien el camino, a pesar de verla un poco desanimada la observaron interactuar con los adultos de aquel lugar; saludó a las chicas de recepción con amabilidad y a una que otra persona que se topaba en el camino, pues muchos empleados la conocían, sobra decir que era bastante conocida en las áreas de ventas y de Japun, que era el lugar al que sus pies se dirigían prácticamente en automático pues sabía que Yokozawa no estaba en ventas, de no ser así, habría detenido el ascensor en aquel lugar primero.

Al llegar a Japun encontró el mismo ambiente de siempre, empleados sentados sobre sus sillas revisando manuscritos, otros sacando copias, otros corrigiendo, otros trabajando en su computador... Su padre estaba al final de aquel lugar, sus piernitas parecían flotar mientras corría a toda velocidad en dirección a su padre.

Kirishima al escuchar el sonido de pasos apresurados levantó la vista y observó a su hija correr hacia él, miró sus ojos llenarse de lágrimas durante su trayecto y haciendo todo a un lado fue a su encuentro, la pequeña saltó a los brazos de su padre, quién la recibió sin objeción alguna, la cargó y la abrazó, sintió como su niña se aferraba a él, como si fuese a perderlo en cualquier momento, aquello hizo que su corazón se estrujara, como sintiendo él mismo el miedo que tenía la pequeña en ese momento, observó a los recién llegados y supo la razón del miedo de su hija, ella no dejaba de llorar abrazada a él y él hacia lo posible para consolarla.

---todo estará bien, no dejaré que nada malo te pase nunca.

---¡papá! ¡Tengo miedo! ¡Quiero ver a mamá! ¿Porqué no nos dejan ver a mamá? ¡Me he portado bien! ¡Quiero ver a mamá y a mi hermanito!

---Hiyo, mi amor, tranquila, pronto veremos a Takafumi, estaremos juntos y nadie va a separarnos.

---¡prometelo papá! ¡Prometeme que estaremos juntos!

---...---Kirishima miró a su hija, besó sus mejillas y secó las lágrimas de su pequeña, observó retadoramente a los trabajadores sociales y luego volvió la vista a su hija, con una mirada cargada de amor--- te lo prometo hija que nadie nos va a separar.

--- esos señores fueron a verme a la escuela.

---¿ah si? No me avisaron para nada--- Kirishima miró a los trabajadores fríamente y luego puso toda su atención en la niña, quién por ratos, soltaba uno que otro sollozo.

Gracias A Ti.Where stories live. Discover now