Las tareas fueron repartidas inmediatamente, acorde a lo planeado por el Sheriff y los demás. Hubo algunas protestas, no todos estaban de acuerdo en abandonar la "seguridad" del pueblo y arriesgarse a cruzar el lago, sin embargo Phil se encargó dejar en claro que quienes quisieran quedarse en Kingville estaban más que invitados a hacerlo, pero que no se interpusieran en el camino de aquellos que deseaban sobrevivir. De repente el número de disidentes cayó a cero.
La gran mayoría de los sobrevivientes, coordinados por Nancy y Kim, comenzaron la mudanza en cuanto todos estuvieron listos, y marcharon hacia su guarida provisoria hasta el día siguiente: "El Riel Dorado", una enorme tienda de artículos de pesca y campamento ubicada apenas a tres cuadras del muelle. Por otro lado, Phil y Alan tenían la tarea de comprobar los botes, y pasar por la casa del guardabosque para conseguir un arma de dardos a pedido de Noah, quien, por su parte, marchó junto a Dave hacia el bosque, en búsqueda de la pequeña choza donde el solitario licántropo se había refugiado al llegar al pueblo.
Sabiendo que tenían solo unas cuantas horas parar reunir lo necesario, todos partieron en direcciones diferentes, agotados y al borde del colapso, pero determinados a cumplir sus tareas y salir del pueblo antes de que fuera demasiado tarde.
Dave y Noah atravesaron Kingville con precaución debido a las trampas, y se dieron el lujo de relajarse un poco una vez abandonaron el pavimento y comenzaron a intentarse en el bosque. No es que el peligro hubiera sido superado, de hecho ambos pudieron identificar varios rastros de sangre de distinta antigüedad, y unas cuantas marcas de garras en los árboles de alrededor. Quienes habían intentado escapar en aquella dirección no habían tenido suerte. Sin embargo, ambos sabían que Marko y lo que quedaba de su manada eran más débiles durante el día, y que la gran mayoría de las trampas habían sido activadas ya hacía algún tiempo.
—¿Me vas a decir de qué se trata la cura? —preguntó finalmente Dave, que realmente estaba muriendo de la curiosidad desde que se había enterado de que tal cosa existía.
—La "receta" es solamente para el conocimiento de los Lupus Lux. Por nuestra propia seguridad ningún humano puede saberla —respondió el licántropo, que se encontraba unos metros más adelante en el bosque, observando cuidadosamente en búsqueda de trampas.
—Realmente crees que los lastimaríamos si la supiéramos —dijo Dave, algo ofendido por la idea, lo que logró que Noah se detuviera.
—He visto como ustedes tratan a los que son diferentes, incluso a los de su propia raza —replicó mirando al muchacho a los ojos—. Nosotros no somos el mayor peligro para los humanos, son ustedes mismos, y aun así nos cazarían despiadadamente.
—¿Quiénes fueron los que sitiaron la ciudad y mataron a casi todo un pueblo para matar a uno de los suyos? —respondió con seriedad Dave, generando un tenso momento de silencio en el bosque.
—Touché —dijo Noah con una sonrisa al cabo de unos segundos, y Dave se dio cuenta que era la primera vez que hacía sonreír a aquel tipo duro.
Ambos siguieron caminando, pero las charlas, ahora un poco más animosas, continuaron. Dave realmente había perdido noción de cuánto se habían internado en el bosque, y de repente se dio cuenta de porqué era imposible escapar por allí. El lugar era inmenso y había kilómetros y kilómetros de vida silvestre antes de encontrar el próximo pueblo. No había forma de cruzarlo en un solo día, y por más lejos que te fueras de Kingville, cuando la noche llegara, ellos iban a encontrarte.
—No digo que estés equivocado, sé que los humanos no somos los mejores —continuó Dave, esta vez haciendo un esfuerzo por seguir más de cerca a su compañero—, pero, por esta vez, estamos en el mismo bando, y todos aquí sabemos cuánto has hecho para ayudarnos. No voy a decir que todos, pero sé que la mayoría te aprecia a pesar de las circunstancias.
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El tiempo de las bestias
HorrorKingville es un pueblo tranquilo, donde nunca nada ocurre y la gente se conoce bien las caras. Sin embargo, todo esto cambiará de la noche a la mañana, cuando uno oleada de muerte y destrucción azote al poblado, y tiña el verde de los bosques con ro...