Capítulo 6

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– ¡No lo puedo creer! – Edwin frustrado pasaba su mano repetidas veces por su pelo – Ese último gol tendrían que haberlo contado, simplemente no lo puedo creer – en los últimos segundos del partido Edwin había metido un gol que hubiera dado de campeones al equipo de mi hermano, pero el árbitro sonó el silbato y anuló el gol dejando 2 a 2 el partido.

– Para el próximo partido le meteremos 5 goles seguidos – aseguró Adam al volante, íbamos en el auto de mi hermano camino a mi casa, yo iba de copiloto mientras que los chicos iban en la parte de atrás, todos tenían cara de pocos amigos, tenía miedo de decir una palabra – ¿Quién era el chico con el que estabas? – preguntó lanzandome una mirada fugaz.

– Un compañero de clases, Liam Greco.

– ¿El hermano menor de Salvador? – preguntó David asombrado.

– Al parecer. No sabía que Salvador tenía un hermano menor y mucho menos de mi edad – respondí con sinceridad.

– Él tampoco sabía que tenía un hermano hasta hace poco, según Salvador surgió del romance entre su papá y una mujer cuando él tenía tres años, Gabriel, el padre de Salvador y Liam, lo reconoció como su hijo apenas nació y le ayudaba a su amante a pagar los gastos. Hace cuatro años le dijeron a Salvador de la existencia de su medio hermano, y no se tomó muy bien la noticia, aquel chico que muchos veían como tierno y dulce cambió, se volvió rebelde, arrogante, en resumen un Badboy, si bien actualmente se lleva bien con Liam es porque cuando se enteró fue cuando la madre de Liam falleció de una sobredosis...

– Creo que no te corresponde contar eso – dijo cortante Christian, David se encogió de hombros y volvió su mirada hacia la ventana.

Asi que eso fue lo que pasó, no me imagino el dolor que sintió Salvador al enterarse de tal noticia, y lo peor de todo es que yo no estuve para él, para que pudiera desahogarse, si yo no me hubiese ido a España tal vez el no sería un completo idiota... no, no sirve de nada hecharse la culpa.
Mientras estabamos en la cancha Liam miraba a su hermano con completa admiración, se veía a kilómetros que le tenía mucho cariño, y festejó como nadie el gol que hizo Salvador, por alguna extraña razón aquél chico me provocaba mucha ternura. El pecho se me encogió al imaginarme a un pequeño Liam sufriendo por aquella situación.

Durante el trayecto no dije ni pregunté nada, los chicos por su parte hablaban del partido y de las chicas que estaban en las tribunas, pero aún así no les prestaba atención.
Llegamos a casa y perezosamente me bajé del auto, estaba agotada, caminé a paso tortuga hasta la entrada, cuando llegué al umbral de la puerta el aroma a galletas inundó mis fosas nasales, automáticamente fui a la cocina y allí me encontré a mi abuela, solté la mochila y corrí en su dirección para abrazarla, ella rió y me correspondió el abrazo.

– ¡Mira que grande y hermosa estas!, me imagino que ya tienes novio – reí nerviosa ante tal ocurrencia.

– Aún no tiene edad para tener novio – sentenció Adam entrando en la cocina – Hola abuela, ¿no me vas a dar un abrazo a mí tambien? – se quejó abriendo sus brazos, mi abuela rió y se acercó a Adam.

– Hola mi pequeño, ¿cómo estás?.

– ¡Abuela! – exclamaron Edwin y David entrando a abrazar a mi abuela.

Mientras ellos conversaban aproveché para tomar unas cuántas galletas y me escabullí a mi habitación, brinqué del susto al encontrarme a Christian sentado en mi cama.

– Auch, ¿tan feo soy? – negué, tratando de recuperar la tranquilidad, en realidad Christian no estaba nada mal.

– ¿Qué sucede? – se paró de mi cama y caminó lentamente en mi dirección, a medida que daba un paso yo retrocedía otro y así hasta que mi cuerpo ya no pudo retroceder por la puerta en mi espalda, Christian sonrió maliciosamente y siguió avanzando hasta llegar a mi, apoyó su brazo en la puerta a la altura de mi cabeza, se inclinó poco a poco, sentía su aliento fresco en mi cara, pasé la lengua por mis labios, los sentía secos.

El amigo de mi hermanoWhere stories live. Discover now