Capítulo 29

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—Le darán el alta mañana, así que me quedaré aquí para llevarla a casa.— dijo San sentándose en la sala de espera frente a la habitación de su madre.

—¿Qué había ocurrido?— preguntó JungKook luego de asentir.

—Un pequeño desmayo por cansancio, el doctor le recomendó hacer reposo pero ella quería seguir en el puesto. Así que tuve que reemplazar su lugar otra vez para que se quedase tranquila.— respondió San y miró a su madre por el pequeño ventanal— Le harán los últimos chequeos mañana y se quedará en casa toda la semana mientras la cuido.

JungKook sonrió y se abrazó a si mismo por el frío. San miró que el castaño tiritaba y lentamente se quitó la gabardina que tenía puesta y la colocó por encima de este. Las mejillas de JungKook se sonrojaron al sentir las manos de San en sus hombros acomodando el abrigo.

Miró a San sonreír y este dijo.

—Si quieres puedes ir a casa, no tienes que quedarte aquí.— JungKook asintió rascando su nuca y empezó a quitarse el abrigo— No no, puedes devolvermelo luego.

—Pero tú...— dijo JungKook y señaló la camiseta de San— estás desabrigado.

—Conseguiré mantas, ahora ve.— dijo San y JungKook puso sus brazos dentro de las mangas del abrigo para luego abotonarlo.

—La pasé bien.— dijeron los dos al mismo tiempo y JungKook miró al suelo—, me iré ahora, gracias por el abrigo.

—S-si— tartamudeo San viendo desaparecer a JungKook de su campo de vista y tocó su pecho.— Creo que tengo arritmia.— y soltó una carcajada.

—... Entonces tuvimos que ir al hospital y de ahí vine a casa.— concluyó JungKook mientras terminaba de comer el ramen.

—¿Y ese abrigo?— preguntó EunBi mirando la gabardina negra que llevaba puesta JungKook.

—¿Esto? Ehm es de San. Me lo prestó porque hacía frío y... deja de mirarme así.— EunBi negó riendo mientras miraba hacia otro lado y terminó de darle el mordisco a la manzana.

—Te vez adorable cuando hablas de él.— JungKook rodó los ojos y clavó los palillos en su arroz mirándola.— ¿Que? ¿Acaso miento?

—Solo...— hizo una pausa cerrando los ojos— terminate la manzana y vamos a clase, quiero tener un promedio decente a fin de año.

Ambos terminaron su lunch y comenzaron a caminar por los pasillos de la universidad hasta encontrar su respectivas clases.

—¿Has visto a TaeHyung?— preguntó EunBi y JungKook sintió un nudo en el estómago al escuchar su nombre, así que negó.

—No.— el menor mordió su mejilla interna y metió sus manos en la gabardina de San.— No he sentido ningún tirón del hilo en días, es muy raro.

—¿No quieres buscarlo?— EunBi siguió con la mirada JungKook mientras este miraba hacia otro lado— Debes decirle que quizás encontraste la solución a todo este lío.

—Quizás quiere estar solo, no voy a presionarlo.— contestó seguro el menor— Cuando regrese se lo diré.

EunBi asintió y se despidió de JungKook. Mientras este sentía un pequeño malestar en el estómago.






JungKook miró a su espejo y a su vestimenta deportiva, saldría a correr en plena noche ya que últimamente no tenía nada que hacer. Y EunBi estaba muy ocupada como San y JunMyeon en la universidad como en el trabajo, así que como últimamente no iba al gimnasio decidió retomar de a poco su figura.

Tomó sus llaves y la gabardina de San para devolvérsela. Así que tocó la puerta de su departamento y esperó.

—Oh JungKook, hola.— dijo San y acomodó sus lentes circulares.

—Mhm hola... toma.

JungKook le sonrió y le entregó el abrigo. Ambos se despidieron luego de esa cortísima conversación y el menor se apoyó sobre la pared cerrando sus ojos.

—Demonios, le queda bien los lentes.— el menor tragó saliva y sacudiendo su cabeza comenzó a bajar las escaleras del edificio.

Entonces JungKook se puso sus audífonos y comenzó a trotar despacio para luego avanzar la velocidad de a poco.

Su mente estaba concentrada en la música que reproducia sus audífonos asi que no escuchaba nada de lo que pasaba alrededor. De pronto, su mente comenzó a repasar todo lo que pasó hasta este momento.

Las discusiones con su madre, con TaeHyung, la golpiza de Mingi, la de EunBi a Mingi, el hilo rojo, la primera vez que vió almas, San y algo que aún no cerraba en su mente. ¿Qué pasaba si todo esto no era la solución después de todo? ¿Qué haría como última opción?

Quitó sus audífonos mientras suspiros entrecortados salía de sus labios por el cansancio. Faltaba mucho para terminar su recorrido así que solo le dió un sorbo a su botella de agua y continuo corriendo mientras las dudas inundaban su mente. Veía por el rabillo de los ojos las luces de los autos pasar a toda velocidad, sus pies comenzaban a sentirse entumidos por el cansancio pero poco le importó porque debía terminar su recorrido y volver a casa.

Un suspiro de su boca salió cuando se dió cuenta que todo era por TaeHyung. Discutir con su madre, pasar a otra dimensión, cortarse las palmas de sus manos y reencontrarse con sus abuelos. En todo eso estaba TaeHyung a su lado, y pensarlo le daban escalofríos. Sus pies frenaron de repente y corrió su cabello hacia atrás mientras una brisa lo despeinaba otra vez.

Hasta que lo sintió. El tirón.

JungKook se quedó parado mientras trataba de identificar del porque de este y miró a todos lados, buscando la cabellera de TaeHyung entre la tenue luz de los faroles pero no lo encontró así que solo bufó cansado emprendiendo camino otra vez.

Su celular vibró en su bolsillo y el menor apretó el botón de llamada del auricular y contestó.

¿Hola?— preguntó.

S-soy San.— contestó el rubio del otro lado de la línea y JungKook aceleró el paso porque le quedaban pocas cuadras— Quería saber si...

Entonces el tobillo de JungKook por lo distraído que iba corriendo se dobló cayendo de lado teóricamente.

Teóricamente porque una mano lo alzó nuevamente y otra se puso en su cintura agarrándolo firme para que no se estrellase la cabeza contra el suelo. JungKook alzó la mirada entre la tenue luz mientras sentía su móvil caer al suelo y sus auriculares salir de sus oídos y desenchufarse de su teléfono.

Encontrándose con TaeHyung sonriéndole burlesco mientras ambos escuchaban la llamada de San cortarse y JungKook miró con asombro al peliazul que se encontraba a una distancia corta de él, tan corta que sentía su cálido aliento en su mejilla.

—¿Me extrañaste?
























¡Hola!

Esa tensión se siente desde acá.

Espero que les haya gustado el capítulo de hoy, se los quiere mucho. Gracias por leerme siempre. <3

Se despide Cami.

𝐒𝐎𝐅𝐓𝐋𝐘𝐎𝐎𝐍𝐆𝐒©

𝗢𝗛! 𝗛𝗼𝗹𝘆 𝗛𝗲𝗮𝘃𝗲𝗻 ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora